Massa da la sorpresa en Argentina y peleará con Milei por la presidencia

Cecilia Valdez BUENOS AIRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Sergio Massa.
Sergio Massa. Enrique García Medina | EFE

La profunda crisis económica no ha pasado factura al candidato oficialista

26 oct 2023 . Actualizado a las 22:06 h.

Tras una remontada histórica del peronismo en la primera vuelta de las elecciones generales de Argentina, el candidato oficialista y actual ministro de Economía, Sergio Massa (Unión por la Patria, UxP) salió en primer lugar con el 36,7 % de los votos. En la segunda vuelta, el 19 de noviembre, se enfrentará al favorito hasta ahora, el ultraliberal Javier Milei (30 %). Massa sumó más de 9 millones de votos, se recuperó en casi todas las provincias con respecto a las PASO —en las que se definieron los candidatos, pero que en la práctica funcionan como una primera vuelta simbólica— y arrasó en la de Buenos Aires, donde Axel Kicillof, el candidato kirchnerista, se llevó el 45 % de los votos. La gran perdedora fue la candidata de Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich (23,8 %), aunque su fuerza logró mantenerse en la capital.

En estas elecciones, UxP recuperó 8 de las 13 provincias que en las PASO le habían dado la victoria a Milei. El grupo de Milei, La Libertad Avanza (LLA), se quedó con 10. Jorge Macri (JxC), candidato en Buenos Aires, casi logra evitar la segunda vuelta (49,6 %), pero finalmente deberá enfrentarse al candidato de UxP, Leandro Santoro (32,9 %).

En cuanto al Congreso, el peronismo crece en la Cámara de Senadores, pero lo tendrá más difícil en la Cámara de Diputados. En el Senado tendrá 33 escaños y podría alcanzar 37, lo que le garantizaría cuórum propio. LLA —que no tenía ningún senador—, consiguió 8, y JxC pierde 9 y se queda con 24. En Diputados, LLA se hace fuerte. UxP tendría 107 diputados de los 118 actuales, JxC quedaría con 94 (20 menos que ahora) y LLA, que actualmente tiene 3 (Javier Milei, Victoria Villarruel y Carolina Píparo), subiría a 40.

Tal y como sucedió en las PASO de agosto, en estas elecciones primó el factor sorpresa. Casi todos los sondeos mostraban un escenario de segunda vuelta entre Milei y Massa, pero con Milei como vencedor. Algunos auguraban incluso una posible victoria del ultraliberal en primera vuelta. Solo una encuesta de la consultora brasileña Atlas Intel se animó a pronosticar un resultado por encima de cinco puntos de Massa sobre Milei, y se quedó corta. La encuesta generó entusiasmo entre el kirchnerismo, el peronismo y todos aquellos que, sin estar del todo convencidos de Massa, militaron un «voto útil» para frenar el avance de la ultraderecha. Errores en el último tramo de la campaña de Milei, y algunos aciertos del oficialista, le garantizaron una victoria difícil de prever en un contexto de profunda crisis económica. Este nuevo escenario demuestra, más que un gran entusiasmo por la figura de Massa, la amenaza que supone Milei para una buena parte del electorado. 

En sus discursos posresultados, Milei confrontó en un tono que le no viene dando buenas críticas, y Massa se mostró cauto y mesurado, una estrategia que sí parece haberle funcionado.

La debacle de Bullrich provoca una crisis en el partido de Macri

La derrota de Patricia Bullrich, la candidata a presidenta de Juntos por el Cambio (JxC), el partido del expresidente Mauricio Macri, probablemente haya sido el único resultado obvio del proceso electoral argentino. Después de los resultados de las primarias de agosto, Sergio Massa y Javier Milei se señalaron mutuamente como los verdaderos contrincantes, y no les faltó razón. En ese nuevo escenario, la posición más difícil la tenía Bullrich, cuya propuesta quedó muy desdibujada frente a la de Milei. 

Si bien Bullrich fue la segunda más votada en las primarias, su propuesta se parecía demasiado a la de Milei —que ocupó el primer lugar—, y el electorado, ávido de un cambio radical, prefirió la novedad. Sobre Bullrich peso demasiado haber formado parte de del Gobierno de Macri, y además tuvo la peor actuación de todos los candidatos en campaña.

Aunque ganó las primarias a Horacio Rodríguez Larreta, el actual alcalde de Buenos Aires, el discurso de exterminar al kirchnerismo no solo no caló, sino que parece un recurso agotado.  Por lo demás, Bullrich tampoco contó con un apoyo sólido de Macri, quien viene coqueteando con Milei desde hace tiempo. Dicen que el affaire con el libertario comenzó hace dos años y se traduce en llamadas telefónicas, encuentros virtuales y reuniones reservadas en sus respectivos domicilios. Dentro de la coalición de JxC hace tiempo que viven (y señalan) este acercamiento como una traición. La derrota de la primera vuelta muy probablemente profundice las disputas internas, y obligue a ciertos replanteamientos.

Tanto Milei como Massa podrían verse beneficiados de un desmembramiento de Juntos por Cambio y, mientras esperan a ver lo que pasa, ambos candidatos aprovecharon para llamar a los desencantados a sumarse a sus huestes. Por ahora, Bullrich aseguró que Juntos por el Cambio «nunca será cómplice del populismo», y no confirmó su apoyo para ninguno de los candidatos.

Axel Kicillof logra que el peronismo se mantenga en la provincia de Buenos Aires

Lo de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires merece un capítulo aparte. Kicillof protagonizó unas elecciones históricas, obtuvo el 45 % de los votos y arrastró tras de sí una buena parte de los electores que permitieron la remontada del peronismo. Axel, antiguo ministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner, es parte del núcleo duro del kirchnerismo y, aunque fue tentado para presentarse a una candidatura presidencial, declinó la oferta. El distrito bonaerense es clave en esta elección porque representa el 37 % del padrón electoral. 

Muy por detrás de Kicillof quedaron Néstor Grindetti, el candidato de Juntos por el Cambio (26,6 %) y Carolina Píparo, de La Libertad Avanza (24,5 %). El caudal de votos del territorio bonaerense fue clave en esta primera vuelta ya que concurrieron a votar 1,3 millones de personas más que en las PASO, que representan casi exactamente los mismos votos que sumó el oficialismo de Unión por la Patria que pasó de 2,8 millones de votos en agosto a 4,2 millones el 22 de octubre.  

«La provincia no se salva sola, necesitamos que el Gobierno nacional actúe en la misma dirección», sostuvo Kicillof luego de que se conocieran los resultados. También dijo que «este voto significa dictadura nunca más» y le agradeció «muy especialmente a Cristina Fernández de Kirchner».

Los mercados reaccionan con calma al triunfo oficialista

Los mercados parecen haber reaccionado con calma al triunfo de Sergio Massa. Después de la devaluación del 22 % del lunes posterior a las primarias, y el pánico cambiario de hace algunos días producto de las declaraciones de Milei respecto a la necesidad de huir del peso, la preocupación era máxima.

Pero el mercado cambiario se muestra estable y no parece tan preocupado como podría estarlo ante una inminente dolarización, la gran promesa de Milei. Massa, el candidato oficialista y ministro de Economía, aseguró que el tipo de cambio oficial se mantendrá en un valor de 350 pesos hasta mediados de noviembre.