A los argentinos les cautivan los cantos de sirena

Luis Grandal
Luis Grandal PERIODISTA Y PROFESOR DE PERIODISMO INTERNACIONAL EN LA UNIVERSIDAD CARLOS III

OPINIÓN

Enrique García Medina | EFE

25 oct 2023 . Actualizado a las 19:28 h.

La fecha clave del proceso electoral en Argentina no es el próximo 19 de noviembre, cuando se elige al presidente, sino a partir del 10 de diciembre que es cuando toma posesión para la próxima legislatura. Las elecciones de este domingo pasado dilucidaron el balotaje entre dos candidatos de los cinco que se presentaron a las presidenciales, aunque solo tres tenían posibilidades. Al final han quedado los dos más populistas, Sergio Massa y Javier Milei, nada extraño en un país proclive a los cantos de sirena. Pero Argentina está obligada a hacer por fuerza lo que no desea afrontar ahora, si no quiere entrar en default (suspensión de pagos de su deuda externa). Esas son sus horcas caudinas. Mientras tanto, los inversores y el FMI les observan y esperan a diciembre.

Inexorablemente, Argentina tiene que hacer un plan de estabilidad económico y profundas reformas estructurales políticas y sociales, gane Massa o gane Milei. Y ese plan tiene que ser creíble y ejecutable. Una de las graves deficiencias que tiene Argentina ante el mundo es precisamente la credibilidad. No es un país fiable. En un artículo anterior citaba algunos males endémicos de Argentina y añadía que era necesario, para superarlos, voluntad de consenso político y social, paciencia, porque la solución no es a corto ni medio plazo, y mucho sacrificio.

Argentina padece un éxodo desde hace cuatro años superior al sufrido con el corralito, en 2001. Más de un millón de argentinos han emigrado fuera de sus fronteras. Y el país que más argentinos acoge es España, seguido de EE.UU. Chile e Italia. La emigración argentina a España ha desplazado en el último año a la venezolana, según el INE. Y sigue el goteo. Unas 60 personas tramitan diariamente de media la documentación en la embajada o los consulados españoles en aquel país. Y no vienen solos ni son solo jóvenes, vienen familias enteras con hijos y también jubilados. Galicia es la comunidad que tiene el mejor plan para acogerlos, con el programa Retorna. Si le preguntamos a los argentinos por qué emigran, la respuesta es: por economía, por seguridad y por futuro. Ellos mismos no confían en los políticos de su país. Ni tampoco confían en que las cosas van a cambiar gane quien gane. El salario medio está por debajo de los 300 euros y las jubilaciones en 90 euros. No pueden caminar sin estar atentos a quién viene detrás o al ruido de las motos («motochorros» les llaman a los delincuentes) y el futuro es desesperanzador con una educación muy deteriorada que inclina al abandono escolar.

Desde el punto de vista geopolítico, Argentina debe clarificarse respecto a con quiénes se quiere alinear. Si con China, Rusia, Irán, y en general con los países Brics y el Grupo de Puebla o con el Occidente liberal y parlamentario. En el Gobierno de Alberto Fernández se ha escorado hacia las dictaduras, autocracias y cleptocracias. Por lo pronto, en los gobiernos de Cristina Kirchner se autorizó una base china satelital en Neuquén, que entró en funcionamiento en el 2017. En el Gobierno de Macri se agregó una cláusula prohibiendo el uso militar.