Del Bosque y la batalla entre Casillas y César: «No me arrepiento de lo que pasó»

J.A.G

FÚTBOL

Vicente del Bosque.Vicente del Bosque en un acto
Vicente del Bosque en un acto Europa Press

Con la llegada de César al Real Madrid, Vicente del Bosque se atrevió a dejar a Iker Casillas en el banquillo propiciando una batalla entre ambos por la titularidad

01 mar 2024 . Actualizado a las 14:48 h.

Hasta le llagada de José Mourinho al Real Madrid, el peor momento de Iker Casillas en el conjunto blanco fue cuando, con la llegada de César Sánchez al equipo, Vicente del Bosque se atrevió a sentarle en el banquillo. Se inició entonces una batalla entre los dos por la titularidad y se llegó a decir que la relación entre ambos era tensa. Cuestionado por lo sucedido entre Casillas y César en la última entrevista que ha concedido, Del Bosque afirmó no arrepentirse de lo que pasó.

«No me arrepiento de lo que pasó. Se trataba de gestionar un vestuario y una plantilla que, en aquel momento, parecían ideales. Y eso reconociendo las enormes virtudes de Iker Casillas en su momento, y en la carrera que hizo en el Real Madrid, sin menospreciar a un portero como César, que también era un gran portero», comenzó diciendo el salmantino en Flashscore.

«Iker tiene esa fama de gran portero, que es extraordinaria, pero también tiene ese toque de suerte que deben tener todos los grandes jugadores», añadió Vicente del Bosque sobre Casillas, que recuperó la titularidad cuando César Sánchez cayó lesionado durante la final de Champions frente al Bayer Leverkusen. «Sus cualidades eran innegables, pero no es malo tener una pizca de suerte», aclaró.

Con el que no batalló Vicente del Bosque, y eso es algo que también quiso aclarar, fue con Morientes, que con la llegada de los Galácticos perdió su sitio en el Real Madrid. «Nunca nos enfrentamos a él. Siempre entendió la situación y me gusta mucho. Hoy, cuando le veo ante las cámaras o en la radio, cuando le oigo hablar, me digo: 'El mejor jugador de todos es Fernando Morientes'. Siento mucha simpatía por él. Es más, ha sido un chico muy respetuoso con nosotros», admitió.

Vicente del Bosque también desmintió haber tenido roce alguno con Anelka pese a que el propio delantero francés pensó que se alegraba cuando no marcaba gol. «Pasó por momentos difíciles en cuanto a su integración, era un buen chico y una muy buena persona, nos caía muy bien. Venía de otro país, de otra cultura y, en fin, nos costó un poco adaptarnos, hasta el punto de que él mismo pensaba que nos alegrábamos cuando no marcaba goles. De hecho, tuvimos que decirle que nos daba igual si era Morientes el que marcaba un gol, si era Raúl, si era él...», recordó.

Vicente del Bosque y los Galácticos

Sobre la integración de Luís Figo, que fue el primer Galáctico del Real Madrid, Vicente del Bosque dijo: «Lo llevé con la máxima normalidad, tuvimos además una magnífica respuesta de los jugadores que teníamos: Hierro, Raúl, Redondo, Roberto Carlos o Michel Salgado. No podemos olvidar que en estos cuatro años llegamos siempre a semifinales de la Copa de Europa».

Por su parte, sobre el encaje de Zidane, que fue el segundo Galáctico del Real Madrid, comentó: «Tenía una enorme capacidad, era un gran jugador. Queríamos encontrarle un sitio donde se sintiera lo más cómodo posible y donde fuera más eficaz para el equipo. Creo que lo conseguimos».

El tercero en llegar fue Ronaldo, por el que Vicente del Bosque también fue preguntado. «Cuando hablo de Ronaldo, lo primero que me viene a la cabeza es que es una persona feliz. Creo que es uno de los jugadores más felices que he tenido a mis órdenes. Y, por último, ¿quiénes éramos nosotros como entrenadores para interferir en su felicidad?», señaló al respecto.

Por último quiso destacar la figura de Makelele en aquel Real Madrid Galáctico. «Claude era un jugador esencial. Era ese compañero que siempre quieres a tu lado, que te echa una mano en los momentos difíciles. Era bueno en la transición. Distribuía el juego a Figo o Roberto Carlos con facilidad. En resumen, recuperaba el balón y era la primera plataforma de lanzamiento, para que nadie se viera entorpecido, un líder silencioso», concluyó Vicente del Bosque.