El narcopiso desalojado en la calle Faro de A Coruña se trasladó horas después a Román Navarro

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Los okupas habían abandonado hace un año la vivienda del callejón de la calle de la Torre y regresaron a ella tras la redada

25 abr 2024 . Actualizado a las 20:08 h.

Por todos era sabido que los traficantes de la calle Faro no iban a dejar el negocio tras caerles encima la policía este pasado miércoles. Horas después de ser desalojados se trasladaron a un piso de la calle Pintor Román Navarro, también en Monte Alto, a pocos metros de la plaza de España. Esta dirección no es nueva para ellos. Ahí, en el callejón de la calle de la Torre, que es como se conoce esa vía en el barrio, ya estuvieron antes de mudarse a la calle Faro. Se habían ido porque sentían el aliento de los agentes a diario. Estaban señalados. En una ocasión provocaron un gran incendio en la vivienda y para los residentes fue la gota que colmó el vaso. Así que hace un año, ante el riesgo de ser detenidos, optaron por cambiar de casa.

Este miércoles regresaron a sus orígenes. No tuvieron más que abrir el candado que hace un año ellos mismos pusieron y okupar de nuevo el piso, que pertenece a una comunidad religiosa.

En Pintor Román Navarro ya todo el mundo lo sabe. Tanto vecinos como comerciantes. Ayer no se hablaba de otra cosa. De hecho, ya comenzó a verse de nuevo el trajín de drogodependientes por la zona. José Luis Boado es presidente de la Federación Unión de Comercios Coruñesa (FUCC) y, tras contactar con los comerciantes de la zona, pide «auxilio» a las autoridades. Dice que «lo que se está viendo en estos momentos con tanta droga, robos y atracos en el pequeño comercio no se había visto jamás». Cuenta que los responsables de los negocios «trabajan con la puerta cerrada ante el temor a los atracos. Con lo que eso supone, pues pierden la visibilidad y habrá clientes que piensen que la tienda está cerrada». Alerta de que si «esta inseguridad que está padeciendo la ciudad, tanto en Monte Alto como en todos los barrios, no se frena, acabarán con el pequeño comercio en muchas zonas». Por tanto, concluye que «la solución pasa por más policías, más medios y más programas de prevención y ayuda a los drogodependientes para que salgan de ese mundo».

Una mejor política sanitaria y educativa para evitar que los jóvenes caigan en la droga también la destaca el presidente de la Asociación de Vecinos de Monte Alto. Xosé Vázquez Romero opina que «el problema se soluciona con más educación, no solo con policía». Quiere poner su granito y el colectivo que dirige se reunirá con las Ampa de la zona para organizar charlas y programas en los colegios. 

Dramatismo

El dirigente vecinal, aunque reconoce una mayor presencia de toxicómanos en las calles, cree que la sensación de inseguridad en el barrio «es exagerada». Dice que «se habla con demasiado dramatismo». Cree que el problema de los narcopisos «afecta a todos los barrios de la ciudad y no solo a Monte Alto. No percibo que aquí sea algo tan tremendo».

Recientemente, Vázquez Romero se reunió con mandos de la Policía Nacional. De ese encuentro sacó alguna conclusión, como que «la labor de los agentes es encomiable y que si no hacen más es porque no pueden. Ya sea por falta de medios o porque algunas leyes han de ser reformadas para tener una mayor capacidad de actuación». 

Puntos de venta

A menor o mayor escala, según apuntan fuentes judiciales, la droga se vende en A Coruña, como en el resto de ciudades, en todos los barrios. A los narcopisos que atraen multitud de clientes, que causan inseguridad allá donde estén, como el que había hasta el miércoles en la calle Faro o hasta el lunes en Adelaida Muro, hay que sumar muchos otros que «no llaman tanto la atención, que hasta los propios vecinos no saben que el del quinto o el del tercero trafica. Camellos que tienen una reducida clientela o compradores de confianza son la mayoría». Las mismas fuentes añaden que el problema principal está en esos narcopisos en los que «la droga se vende con absoluto descaro y llenan el entorno de inseguridad».