«Nos morimos... Mami, te amo»

Jorge Sobral Fernández
Jorge Sobral TRIBUNA

OPINIÓN

María Pedreda

04 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Tecleo todavía sumergido en el tsunami de la noticia. Y debe ser húmedo el envoltorio, a juzgar por la visión licuada que me acompaña. Leidi, 28 años, ecuatoriana de origen, ante la constatación de la muerte inminente, envía un audio a su madre; le anuncia lo inevitable y le declara su amor. Prescindiré, aquí y ahora, de excesivas consideraciones acerca del contexto: el turbio historial del propietario, la situación de ilegalidad de los establecimientos, el desprecio a las normativas regulatorias, etcétera. Me conformaré con indicar que, en el subsuelo de tales comportamientos, no es difícil entrever el nuevo dogma anarcocapitalista: abajo las reglas coercitivas, absténganse los poderes públicos del virus «intervencionista». Que fluyan las relaciones comerciales, vivan los negocios y olé por los negociantes; perdón, emprendedores. Y por si alguien tiene alguna duda, al resultado de todo ello le llamaremos «libertad». Prefiero hablar de Leidi. Intuye el final, y es entonces cuando vuelve al principio. Tenía al novio a su lado, pero prefirió, necesitó, levantar acta ante la fuente de su origen. Que sepas, madre, que moriré amándote; que el vínculo originario ha llegado intacto hasta aquí. Que nada ni nadie puede quebrarlo. Eres tú la destinataria querida y debida de la noticia. En ti surgí y en ti me disolví. Hay en ello toda la belleza triste que se pueda imaginar. Pero hay más. De nuevo, el episodio nos transporta al escenario en que amor y muerte bailan sus danzas clásicas; a veces heroicas, a veces románticas, épicas con frecuencia. Casi siempre trágicas, porque el amor es incierto y bamboleante, pero la muerte nunca falla. Nuestra historia, nuestras biografías, pueden ser relatadas de múltiples maneras. Pero pocas serán tan certeras como al retratarlas iluminadas por la dialéctica del eros y el tanatos: los impulsos expansivos de vida, creación, felicidad y amor, en danza a veces macabra con las ansias de destrucción, de derribo, de muerte. Freud (El malestar en la cultura), Shakespeare (Romeo y Julieta), Orfeo y sus viajes al inframundo para rescatar a Euridice... sabían mucho de todo eso. Leidi también: vida y muerte, unidas por una relación. La de hija con madre. Desde el principio hasta el final. Alfa y omega de las existencias. Leidi, viniste en baño amniótico; estarás ahora surfeando las olas de memoria de los que te quieren. En esa simetría, habitarás para siempre. Feliz estancia.