La Guardia Civil de Lugo dona al Banco de Alimentos 53 litros de aceite incautados a unos ladrones

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La Guardia Civil de la Comandancia de Lugo hizo entrega al Banco de Alimentos de esta localidad de 53 litros de aceite
La Guardia Civil de la Comandancia de Lugo hizo entrega al Banco de Alimentos de esta localidad de 53 litros de aceite GUARDIA CIVIL

La Benemérita hizo entrega de estas botellas al no poder determinar a quién pertenecían

10 may 2024 . Actualizado a las 13:39 h.

La Guardia Civil de Lugo donó al Banco de Alimentos 53 litros de aceite de diferentes marcas y variedades incautados en un operativo hace unos meses.

Este producto forma parte de una importante partida de aceite intervenida en el mes de febrero a cinco vecinos de Arteixo (A Coruña), acusados del robo de 253 botellas de aceite de oliva en supermercados de León y Ponferrada. Los sospechosos fueron apresados en Pedrafita por una patrulla que había establecido un control de circulación.

Dentro de las diligencias instruidas por este caso, la entrega de estos alimentos fue autorizada por el juzgado competente al no poder determinar su origen y legítima propiedad de cada una de las botellas.

La Guardia Civil localizó 253 botellas de aceite en el interior del coche
La Guardia Civil localizó 253 botellas de aceite en el interior del coche GUARDIA CIVIL

El operativo en el que se localizó a estos cinco investigados se llevó a cabo el pasado 17 de febrero, en Pedrafita, uno de los principales accesos por carretera a Galicia. Según la Guardia Civil, al darle el alto a este vehículo, los agentes hallaron «253 botellas de aceite de oliva de distintas marcas y formatos en el interior, no acreditando sus poseedores su licita pertenencia».

Se cree que el valor del aceite robado asciende hasta los 2.450 euros. Se les imputa un delito continuado de hurto y otro de pertenencia a organización criminal. 

«En la sustracción del aceite», dijo en su día la Benemérita, «actuaban de manera organizada, ocultado las botellas y garrafas en el interior de bolsos y mochilas, y después de anular las alarmas abandonaban el local tras abonar una pequeña compra».