La navegación gallega reivindica a sus clásicos en O Grove

SOCIEDAD

31 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Construido en 1912 en el puerto de O Freixo, en la ría de Noia, el Evangelina Uno dejó atrás decenios de balandro de mercancías para ser rescatado del triste final que les ha aguardado a la mayor parte de los barcos de uso industrial en una tierra como la de este lado del Padornelo. Su actual propietario se empeñó en recuperar una joya de la ingeniería marítima gallega de 18,70 metros de eslora, 5 de manga y 1,65 de puntal, arbolado con dos mástiles de época y velas cuadradas. Dos años de restauración la devolvieron al mar en julio del 2007.

Ayer, el Evangelina Uno lucía tipo en la primera Regata de Barcos Clásicos Emprosal. Una iniciativa a cargo del Club Náutico San Vicente y la Asociación de Amigos da Dorna Meca de O Grove, en la que se dieron cita una docena de naos con un denominador común, el deseo de sus propietarios de honrar los mejores episodios de la construcción naval, con especial énfasis en las creaciones de los grandes maestros marineros de una Galicia empeñada en borrar sus éxitos a la hora de adaptarse al medio que le tocó en suerte.

«Destacar o labor de recuperación das embarcacións tradicionais de particulares e asociacións», de eso iba la regata de ayer, explicó el presidente del Náutico San Vicente, Avelino Ochoa. El resultado, pues, fue lo de menos. Dornas, galeones y balandros solo querían pedir que no los dejen caer en el olvido.