Gallaecia y Moi de Mar impulsan el turismo náutico con un público joven
05 may 2024 . Actualizado a las 21:38 h.El turismo náutico experimentó un renacimiento pospandémico en España. Emerge como una oportunidad para las regiones costeras y para quienes lo han convertido en un estilo de vida, como es el caso de los vigueses David Martínez Freire y Moisés López Álvarez. El primero de ellos, junto a otro socio, se fijó en una patrullera fondeada en el puerto de Marín en el año más restrictivo de la emergencia sanitaria. Cosa del destino. «La vimos de casualidad, pura coincidencia, y decidimos comprarla», recuerda. Rebautizada como Salacia (en la mitología romana, divinidad del mar), esta antigua embarcación al servicio de la Guardia Civil se ha convertido en un chárter náutico «con todo tipo de comodidades» para alquilar y descubrir las Rías Baixas.
Dos armadores —«uno de ellos, el antiguo propietario de Albacora», cuenta David Martínez— se hicieron cargo de la patrullera en una subasta pública en el 2006. El vigués la remodeló hace cuatro años y la echó de nuevo al agua en el 2021. Gallaecia Charters es el nombre de la empresa que gestiona. Para él, la Salacia es el buque insignia de su flota. Mide 17 metros de eslora y la propulsan dos motores de 470 caballos. Tiene capacidad para 16 personas.
«El 90 % de las salidas son a las islas Cíes, gente que quiere conocer el archipiélago», reconoce el emprendedor de Gallaecia, cuyo catálogo también lo comprenden rutas hasta Cangas y Moaña, San Simón, Ons, Aldán o Sanxenxo.
Además de amigo, Moisés López colabora con David Martínez gestionando la flota que realiza rutas por las Rías Baixas. Es el responsable de Moi de Mar, una empresa con un concepto muy similar y que esta temporada se estrenará ofreciendo servicios para pernoctar a bordo de La Zamburiña. Moisés lleva desde el 2022 aprovechando las oportunidades del turismo náutico, «una tendencia al alza en esta región». Eso sí, defiende un modelo sin masificaciones «para que esto no termine como el Mediterráneo».
Su vida dio un giro en el 2020. Él se lo buscó. Era conductor de autobuses, pero la pandemia le animó a emprender y hacer de su pasión un modo de vida. «Yo siempre me he pasado los veranos navegando con mis amigos. Me informé, hablé con capitanes y compañeros que organizan viajes en Ibiza y me decidí», recuerda sobre una época en la que también realizó todos los cursos necesarios para ponerse al frente del timón y recibir a grupos. Su intención de comprar un piso terminó como una inversión en La Zamburiña, un barco de 14 metros de eslora, tres camarotes y dos baños que rehabilitó con tiempo y esfuerzo hasta botarlo en el 2022. Es un pequeño yate en el que se pueden hospedar once personas.
«Si el primer año hice en torno a 50 salidas, el año pasado organicé 70», explica Moisés. Detecta el creciente interés por practicar turismo navegando las Rías Baixas, de ahí que este 2024 añada la posibilidad de dormir en el mar y «despertarse con las mejores vistas que se pueden disfrutar». «Es un lujo», apostilla. La mayoría de los clientes con los que trabaja son de Galicia, pero también gestiona visitas de Madrid y cada vez más extranjeros. «El año pasado, trabajé con dos grupos de Estados Unidos, de Texas, y esta Semana Santa con unos chicos de Londres», expone. En todo caso, la mayoría son gente joven. «Puede que las redes sociales estén influyendo».
Moi de Mar tiene cuatro rutas. Se trata de El Caribe gallego (Couso, Area Brava, Pinténs, Castiñeiras), Ibiza gallego (hasta Sanxenxo), Ría de Vigo al islote Areoso y Las islas de las Rías Baixas. Esta última es un paseo por los icónicos escenarios del Parque Nacional y termina cruzando las Cíes al atardecer. Un lujazo.