Salir del atasco de la mano de David Mella

TORRE DE MARATHÓN

David Mella conduce el balón durante el partido contra el Arenteiro
David Mella conduce el balón durante el partido contra el Arenteiro César Quian

El de Teo empleó su quinto gol del curso en renovar votos con el Dépor

28 abr 2024 . Actualizado a las 23:12 h.

La canción proclama ahora que si el Deportivo vuelve a Europa (tal vez) la vida será más bella (no lo sé). Volver a ser campeones otra vez —la repetición a falta de mejor recurso para la rima consonante—, vivir aquellas noches que soñé. Cuánto amor encerrado en un tema de Nek. Es la que sonaba en la grada de Marathon cuando David Mella brindó su gol. La adaptación traía mensaje oculto, a modo de reclamo subliminal. Porque el original del italiano —turbia exhibición de despecho a cuenta de esa Laura que no está— cierra el estribillo con un «quédate» que viene al pelo para el protagonista de lo que sucedía, dando sentido a la banda sonora, sobre el césped de Riazor.

Mella no se fue y es improbable que se vaya. A menos que alguien llegue con cuatro millones de euros y (sobre todo) sea capaz de torcer la voluntad del de Teo, barrilete cósmico en ciernes que llegó tarde al reparto de números y ahora le va cogiendo cariño al tres.

El 10 lo mueve por la otra banda su amigo Yeremay, así que el último producto de la fábrica blanquiazul se conforma con darle la réplica a Maradona compartiendo pelo alborotado, conducción eléctrica y una zurda extraordinaria. Para rebajar lo exagerado de la comparación, a veces usa incluso la mano para marcar.

No tuvo ni por asomo el de Mella la trascendencia del que le endosó Argentina a Inglaterra en el Azteca; tampoco fue tanto el descaro: para percatarse de este hace falta recurrir a la cámara lenta en la repetición. Pero le pertenece el valor de adelantar al Dépor en uno de esos días tontos que agitan los fantasmas del hincha coruñés. Un solo punto en casa, por tres que se llevó del Bierzo del Barcelona B. Incluso en el escenario más propicio, cuatro de ventaja y disputar el partido clave como anfitrión, quien lleva años sufriendo reveses encontrará un motivo para temblar.

Por eso es clave disponer de un maná ofensivo de la talla del que maneja Idiakez. Que asome Lucas Pérez cuando se esconde Barbero, que remate Mella (con la mano, incluso) cuando no encuentra puerta Yeremay. El más joven del grupo le anotó al Arenteiro su quinta diana; las últimas cuatro, asentado como indiscutible titular. Pudo hacer la sexta por dos veces, exhibiendo las virtudes sobre las que se apoya al escalar. Buscó con un chut desde la frontal (goza de buen disparo) y con una transición rápida cerrada con la derecha (es imparable cuando coge velocidad). Su sexta marcha estuvo cerca de amargarle el cameo a Diego Rivas cuando el meta parecía tener ventaja en una cesión. Se escapó por un pelo la oportunidad de redondear el triunfo y comerse otra vez a besos el escudo. Como a la suplente de Laura en la canción.