Valorar más a los canteranos del Deportivo

Maikel Naujoks

TORRE DE MARATHÓN

Mella y Hugo Rama
Mella y Hugo Rama César Quian

15 feb 2024 . Actualizado a las 10:53 h.

En el gran momento del Dépor se está juntando el resultado y las sensaciones, que no habían coincidido hasta ahora. Idiakez dio con un once de garantías en el que las victorias y el buen fútbol están impulsando la confianza de todos. Hay jugadores que están volando en el campo y seguro que hasta tienen la impresión de que son invencibles.

Hay varias claves. En primer lugar, el doble pivote formado por José Ángel y Villares. Es una barbaridad la cantidad de metros que abarcan, cómo se compenetran y colaboran en la circulación rápida del balón, y los muchísimos robos que protagonizan. También hay que destacar la entrada al equipo de Mella. Todos veíamos que no solo era un jugador de banda izquierda, sino que tenía condiciones para jugar por la derecha, porque le ayudaría a buscar portería. Es otro puñal más en un Deportivo que ya no depende solo de Yeremay. Por último, destacaría el rol de Lucas, que juega mucho más cerca del área rival, donde no hay un futbolista como él en toda la categoría. Ahora está juntando esas asistencias que da a balón parado con sus goles.

Otro aspecto a tener en cuenta en la remontada del Dépor es el papel protagonista de la cantera. Todos los jugadores del Fabril que han debutado están demostrando que han merecido ese privilegio con creces. El propio Mella, Barcia, Rubén López, Kevin, Ochoa... siempre rinden. Demuestran que se puede prescindir de traer a sub-23 de otros lados, para dar la oportunidad a los de aquí. Eso es contar verdaderamente con la cantera.

Con un cuadro juvenil que ha sido campeón y que alcanza año tras año rondas importantes en las competiciones que disputa, es una broma que los mejores de esos jugadores no puedan debutar con el primer equipo. Si en Primera Federación hay seis fichas sub-23 por cubrir, ¿por qué no se hace con los que tienen el Dépor metido dentro?

La afición, además, ha cambiado su mentalidad con la base. A mí no me silbaron mucho en Riazor, pero recuerdo que, cuando me cambiaban, alguno de tribuna se levantaba que parecía que me tenía que ir del país. ¿Cómo iba a jugar igual que Bebeto? Los que subíamos lo hacíamos en situación difícil y, aún así, en Primera División rendimos muy bien. Los tres años que estuve en el Fabril siempre nos clasificamos entre los primeros de la categoría en que ahora mismo se encuentra el Deportivo. Me alegro de que la afición haya cambiado, vaya más gente joven al campo y se valore más a los canteranos.