Samuele Longo, llega el chico de las maletas

TORRE DE MARATHÓN

RCD

El delantero llega al Deportivo cedido por el Inter con opción de compra obligatoria en caso de ascenso

17 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres cuartos de hora de coche. Fue el primer viaje que el fútbol tenía preparado para Samuele Longo. Treinta y pico kilómetros desde Valdobbiadene, su localidad natal, hasta Treviso, capital de provincia.

El delantero italiano se formó allí. En el humilde A. C. D. Treviso. Tan humilde que tras esa D se encierra el término Dilettanti, palabra que en Italia sirve para definir el carácter no profesional del sustantivo al que acompaña. Un equipo, en definitiva, de fútbol aficionado que tres años antes de acoger al nuevo delantero del Deportivo en su cantera logró el hito de disputar su única temporada en la primera división del país.

Poco duró en Treviso. Es difícil decirle que no al Inter de Milán. Un equipo que había ganado la Champions, como quién dice, antes de ayer. Con Diego Milito, Pazzini, Forlán y su tocayo Eto’o como competencia y su juventud la opción lógica para crecer era salir. Samuele volvió a hacer las maletas.

El Inter mandó al jugador a otras canteras para que se foguease antes de buscarle un acomodo en una Liga potente. Subir el listón para ponderar su potencial real. El destino fue el Espanyol, un club de Primera División. Primera aventura de las de verdad con Mauricio Pochettino como timonel. Y lo hizo bien.

Al argentino le gustaba y Longo respondió con goles, pero cuando un equipo no carbura y se instala en el descenso el manual de primeros auxilios está claro y se suele seguir al dedillo. Entrenador nuevo y veteranos al césped. Aguirre al banquillo y Longo, que había llegado a Cornellá con 19 años, a la grada.

Volvió a Italia. Seis meses en Milán, otros seis en Verona y otra vez regreso a Milán. Allí seguía Milito y ahora también Icardi y Rodrigo Palacio. Fue en invierno cuando volvió a empaquetar para embarcar rumbo a Madrid. La Primera aún pasaba por Vallecas.

«Era un jugador muy fuerte físicamente, que aguantaba muy bien el balón de espaldas, con muy bien remate. Me llamó la atención y al Dépor le puede dar muchas cosas», recuerda Roberto Trashorras, faro de aquel Rayo de Paco Jémez que daba gusto ver jugar en el curso 2013-2014. No estaban Milito ni Icardi, pero sí Larrivey, Lass, Alberto Bueno o Iago Falque. «Nosotros teníamos un buen equipo de medio campo para arriba y le costaba entrar. Hicimos una temporada muy buena, pero en los minutos que estaba, aportaba. Larrivey tenía más calidad para recibir, pero delanteros como él son muy difíciles de marcar», dice Trashorras que considera el cruce de caminos del ariete y el Deportivo como un encuentro de necesidad mutua. «Él y el Dépor se necesitan. Buscaban a un delantero capaz de meter muchos goles y el sabrá a dónde va. A un equipo grande de España», analiza el gallego. En aquel gran Rayo, Longo jugó nueve partidos desde su llegada en enero. No logró marcar en Liga. Volvió a hacer las maletas.

Los prestamos se hicieron crónicos. Cagliari y Fronisone antes de aterrizar en Girona en la 2016-2017, el curso de su explosión. Ascenso con los catalanes en una temporada en la que anotó 14 goles en 38 citas.

En el verano del 2017, Longo era ya una pieza cotizada en el mercado de la Segunda española y el Tenerife estuvo rápido. Bajo las órdenes de Martí -que no acabaría el curso- promediaba números de pichichi, pero los problemas musculares le lastraron. Se perdió diez partidos. Disputó 24 partidos de aquella Liga y anotó doce tantos. Longo salió a medio gol por encuentro.

Sin posibilidades de retenerlo, al Tenerife le tocó decirle adiós. Maletas de nuevo y Huesca. Otra vez la Primera División. Su noveno equipo en siete temporadas.

«En Huesca las cosas no le acabaron de salir bien, aunque empezó jugando. Es un buen jugador de área, finalizador, que va muy bien de cabeza. Ayuda en el balón parado y juega bien de espaldas a portería. Tener un buen delantero en esta categoría es tener medio camino andado», dice Luisinho, exjugador del Dépor y excompañero de Longo en la disciplina oscense y que, como casi todos los que hablan del punta, saca a relucir su capacidad de trabajo y su buena predisposición. Ese extra que gusta tanto a Carmelo del Pozo. «Es muy humilde. Compartí habitación con él en pretemporada. Es muy bromista cuando se suelta, porque suele ser callado», comenta el portugués que verá a como su compañero emprende un viaje inverso al suyo en el que es el segundo intento de los coruñeses por atar al 9. «El año pasado ya tuvo la ocasión de estar en el Dépor y hasta me preguntó cómo era la vida allí. Fue en diciembre. Yo le di buenas referencias, tanto por mi gran experiencia allí como porque pienso que va a estar muy a gusto en A Coruña», asegura el zurdo.

Se acabó la espera. Longo llega cedido por el Inter con una opción de compra obligatoria en caso de ascenso. El Dépor necesitaba goles y necesita regresar a la Primera. Él necesita goles para quedarse y no volver a volver. Si todo sale a pedir de boca tendrá futuro en blanco y azul. Que las maletas cojan polvo.