Río revuelto en la orilla izquierda

TORRE DE MARATHÓN

Saúl y Caballo se disputan en igualdad de condiciones la plaza más reñida

06 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Seis titularidades por barba, tres victorias por cabeza. La lucha en el carril izquierdo de la zaga coruñesa es la más reñida del plantel. A Natxo González le trajeron un producto exótico para el lateral y acabó recurriendo a un fabrilista de emergencia y a un jugador que había vivido de incógnito durante sus tres temporadas en blanquiazul. Mientras el costado derecho solo ha conocido un dueño durante el primer cuarto del torneo, en la banda opuesta no hay ocupante fijo. Solo un descarte: Dubarbier.

El argentino fue la segunda adquisición del mercado de invierno; su fichaje se anunció el 15 de junio, al tiempo que se daba carpetazo a la etapa de Luisinho en A Coruña. Tras despertar dudas en pretemporada, el veterano futbolista se cayó de los planes del míster, en favor de un Diego Caballo que había sido probado como interior durante la fase de preparación.

Al salmantino le llegó casi por sorpresa el salto al primer equipo y, de inmediato, la titularidad. Destacó en los tres partidos consecutivos a domicilio, y confirmó las buenas sensaciones en el estreno en Riazor frente al Sporting. Mucho más discreto estuvo en Santo Domingo, de donde salió con una lesión muscular. Tres días más tarde, en el duelo copero en La Romareda, se rompió Dubarbier.

Solo así, con una conjunción imposible de percances, hubo sitio para Saúl. El cántabro ni siquiera había tenido minutos contra el Zaragoza, pero estuvo impecable frente al Granada en cuanto le dieron la oportunidad. De sus botas salieron además servicios de gol frente al Nástic y el Córdoba. En El Arcángel, sin embargo no completó el encuentro. Cargado con una amarilla, dejó su sitio a Caballo, suplente desde que se recuperó de su lesión.

A partir de ahí, ambos se han turnado, y el cambio de lateral izquierdo a medio partido se volvió a dar en Las Palmas. La titularidad en la plaza está más en el aire que nunca para recibir a un Oviedo que ha reforzado su ataque por ese costado reconvirtiendo en carrilero a Yoel Bárcenas. Por potencia, será Caballo; por precisión, Saúl.