Galicia, protagonista en «Callejeros»: los problemas vecinales de Castrelo do Val y Fornelos de Montes

Iago García
I. GARCÍA REDACCIÓN

TELEVISIÓN

David, vecino de Veiga de Nostre en el concello ourensano de Castrelo do Val, relató los violentos encontronazos que mantiene con un vecino
David, vecino de Veiga de Nostre en el concello ourensano de Castrelo do Val, relató los violentos encontronazos que mantiene con un vecino CUATRO | CALLEJEROS

El programa relató en el capítulo «Vecinos molestos» el sinvivir de David, que está atemorizado por una familia de su misma aldea en un lugar de la comarca de Verín. En el concello pontevedrés una vecina quemó el coche de un vecino

07 mar 2024 . Actualizado a las 12:46 h.

Aunque la sintonía inicial es distinta, la estética de la cabecera de la última temporada de Callejeros, el icónico programa de reportaje documental de Cuatro, es idéntica a la clásica, con los reporteros a la carrera haciendo relevos con una cámara. No están los periodistas de las primeras emisiones, pero Nacho Medina, Silvia Ruiz, Adolfo Zarandieta y Fanny Boehm han seguido el legado de un programa que con su naturalidad y costumbrismo ha descubierto en las últimas dos décadas algunos de los personajes televisivos más populares de nuestra historia audiovisual, como te contamos aquí.

Ahora deben encontrar las caras y testimonios que, de nuevo, se vuelvan virales. Descubrir a esas personas anónimas que acaben traspasando las pantallas y lleguen al boca a boca, al tuit a tuit, al mensaje de WhatsApp. Y el primer capítulo, Vecinos molestos, ha sido toda una declaración de intenciones. Zulema narró cómo tenía que ducharse con un paraguas por la lluvia de aguas residuales que le cae del piso de arriba. Vimos como un bloque de viviendas de Granada sufre las condiciones insalubres de un vecino que se atrinchera entre basura y que entra en domicilios ajenos trepando por la ventana. Y, en Madrid capital, se mostró la azotea del terror, en donde una vecina cría ratas, prende hogueras e incluso llegó a agredir a un hombre con un objeto punzante en el cuello.

Galicia, protagonista

Una recóndita aldea en Galicia, Veiga de Nostre, en la parroquia de Parada de Serra, en la comarca de Verín, radicada en el concello ourensano de Castrelo do Val, fue el idílico lugar en el que David, a cambio de los 6.000 euros que pagó por su casa, pensaba que iba a ser feliz. Solo 12 vecinos y naturaleza alrededor. Pero el sueño acabó en pesadilla. «Esta gente se cree que el valor de una persona tiene que ver con el patrimonio de tierras y ganado que tiene», dijo sobre sus conflictivos parroquianos. Uno de los primeros problemas surgió porque una vecina tendía la ropa en su finca: «Ella ocupó todo mi tendal, aparté su ropa y se puso como una loca». La madre de David recuerda otro encontronazo con un vecino, que quiso agredirlos cuando puso música en el móvil, pensando que le estaban grabando. «Si no llega a estar ella, la paliza que me dan me mata, yo soy músico y le estaba enseñando a mi madre una de mis últimas canciones», relata el joven. «Creen que todo es de su propiedad, nosotros estábamos en el puente», comenta señalando la infraestructura sobre el río Parada en este lugar de la comarca verinesa. «Tengo juicios ganados, ahora tiene una orden de alejamiento de 50 metros», zanja su intervención. El resto de vecinos dan otra versión, calificando a David con adjetivos como «drogadicto», «borracho» o «agresivo». «Que él me llame hijo de puta y la justicia le dé la razón a él... la justicia la cojo por mi mano, acabaré en prisión, pero a mí no tiene que tocarme los cojones», dice el vecino acusado de intento agresión ante las cámaras. «La única solución es que nos convirtamos en invisibles unos para otros», acaba aportando David. 

Amenazados en Fornelos de Montes

«Llevamos así seis años, me llama mala puta, a un vecino de ella le quemó el coche, a la mujer del del estanco le tiró de los pelos, a un Guardia Civil le dio una patada en los testículos... tiene problemas de alcoholismo y drogas». Es la narración ante el periodista Nacho Medina de una vecina de Fornelos que se siente amenazada por otra. No es la única. En el recorrido por el pueblo todos eluden hablar de ella: «Nadie te va a hablar, ¿para qué?, para que después te raye el coche o te pegue», indica otro lugareño.

El alcalde de Fornelos de Montes, Emiliano Lage, se incomodó ante la presencia de las cámaras, declinando ofrecer soluciones o comentar hechos sobre la vecina conflictiva
El alcalde de Fornelos de Montes, Emiliano Lage, se incomodó ante la presencia de las cámaras, declinando ofrecer soluciones o comentar hechos sobre la vecina conflictiva

Precisamente un vehículo quemado, del que se muestran imágenes, le supuso 5.000 euros de arreglo a su dueño: «Si hablo algo puede aparecer pinchado, estoy esperando el juicio». La mujer no quiso ofrecer su versión. Y el alcalde tampoco ofreció soluciones, eludiendo el tema con un escueto «la justicia, yo no soy juez, cuidado con los acosos».