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Técnicos sugieren exigir alertas que avisen si las tolvas de los pesqueros están abiertas

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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El Vilaboa Uno yace ahora a 124 metros de fondo, frente a la costa de Santander
El Vilaboa Uno yace ahora a 124 metros de fondo, frente a la costa de Santander Atlas

La Ciaim concluye que el Vilaboa Uno se fue a pique al inundarse porque no estaba cerrada la de desperdicios

23 abr 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

A raíz del naufragio del arrastrero de Santander Vilaboa Uno —que se fue a pique el 3 de abril del año pasado con diez tripulantes a bordo, de los cuales rescataron a siete con síntomas de hipotermia, recuperaron dos cuerpos y sigue sin localizarse al tercer patrón—, la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) recomienda a la Dirección General de Marina Mercante «que estudie la conveniencia de hacer obligatorio el uso de pilotos luminosos en el puente y en el parque de pesca que indiquen el estado de la compuerta de la tolva» por donde los tripulantes tiran los restos del pescado.

El informe concluye que el Vilaboa Uno «se hundió por inundación progresiva a través de la tolva de desperdicios, que se encontraba abierta». Se basa en «las declaraciones» de los supervivientes y en la inspección del robot submarino enviado por Salvamento Marítimo al pecio, que yace a 124 metros de profundidad. Días atrás, el juzgado santanderino que lleva el caso del naufragio acordó prorrogar la instrucción a la espera del informe que ahora se hace público. 

El naufragio

Con casco de acero y 28,5 metros de eslora, el arrastrero zarpó de Santander pasada la medianoche del 3 de abril del 2023 para pescar caballa. A las 4 de la madrugada, el mecánico alertó de que había agua en el parque de pesca, bajó a la sala de máquinas y comprobó que las bombas de achique «estaban en modo de funcionamiento automático», pero la inundación aumentaba. Cuando viraba a babor, se produjo «una importante escora» hacia ese costado, «de la que no se recuperó» al enderezar el timón.

«Tras avisar a todos los tripulantes e intentar achicar el agua con una bomba portátil», el patrón alertó a Salvamento. «Poco después —prosigue el informe de la Ciaim— el pesquero perdió la estabilidad, quedando tumbado sobre la banda de babor». A las 4.15 se hundió. A las 5.04, la lancha portuaria Botampu Seis recogió a un tripulante. A las 5.07, el pesquero Siempre Nécora informó a Salvamento de que había rescatado a seis supervivientes y un cuerpo. A otro lo recuperó a las 5.29 el pesquero Ave Fénix. Nunca se supo del que faltaba pese a que lo buscaron durante semanas.

Un mercante noruego no se desvió para ayudar pese a pedírselo Salvamento

El Vilaboa Uno se hundió a unas seis millas de Santander. Movilizados por Salvamento Marítimo, en auxilio de los tripulantes acudieron las embarcaciones María de Maeztu, Salvamar Deneb, Río Guadalhorce, Río Aller, Santander, Botampu Seis, Pilots 1, Juan de la Cosa, Siempre Nécora, Ave Fénix, Hermanos San Salvador y Alcarabán I. En el operativo también participaron los helicópteros Helimer 202, DR SOS Cantabria y Cuco 502.

Los técnicos de la Ciaim hace constar que no colaboró en el rescate el buque mercante Hoegh Transporter, pese a que Salvamento le «requirió reiteradamente que se dirigiera a la zona del hundimiento, pero no desvió su ruta». Según el portal Vesselfinder, se trata de un barco de bandera noruega que transporta vehículos en sus 200 metros de eslora y 32 de manga.