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Galicia fomenta la madera como alternativa al hormigón para ayudar a la descarbonización

M. Cedrón REDACCIÓN

FORESTAL

Casa Panchés, levantada en la falda del monte Pindo, es una de las que obtuvo ayudas para construir en madera de XERA en ediciones anteriores
Casa Panchés, levantada en la falda del monte Pindo, es una de las que obtuvo ayudas para construir en madera de XERA en ediciones anteriores Denís Estévez

La Axencia Galega da Industria Forestal tiene abierto el plazo para pedir las ayudas que promueven su uso en construcción

23 abr 2024 . Actualizado a las 09:31 h.

Un informe elaborado por el World Green Building Council —una entidad dedicada a favorecer la creación de entornos construidos sostenibles y descarbonizados para todos— estimaba que durante los próximos 75 años sería necesario construir en torno a 2.000 millones de inmuebles nuevos en todo el mundo para garantizar que toda la población mundial disponga de una vivienda asequible. Pero ese objetivo se enfrenta a otro reto, el de reducir en un 90 % las emisiones de dióxido de carbono lanzadas a la atmósfera por el sector de la construción para contribuir a rebajar el calentamiento global. Una fórmula para ensamblar ambos frentes es el uso de la madera en construcción. De hecho, como ya recogía un dictamen de Comité Económico y Social Europeo sobre la construcción en madera para reducir el CO2 en el sector, publicado en el Diario Oficial de la UE el año pasado durante de presidencia sueca, el uso de esta materia prima «puede evitar hasta un 40 % de emisiones de CO2 en comparación con el hormigón».

Aunque es verdad que países como Suecia y Finlandia llevan mucha ventaja —en esos estados el 90 % de todas las viviendas nuevas unifamiliares están hechas con madera y también un 20% de las viviendas plurifamiliares—, en el último año en Galicia han empezado a darse pasos importantes de cara a sensibilizar a la población de la importancia de usar la madera estructural como sustituta del hormigón a la hora de lograr los objetivos marcados por el Pacto Verde europeo. Pero también a la hora de descarbonizar el sector de la construcción. 

La obligatoriedad de usar al menos un 20% de madera en la estructura de los nuevos edificios públicos licitados por la Xunta es un ejemplo. En noviembre pasado la Axencia Galega de la Industria Forestal (XERA) presentó además al Consello de la Xunta una guía para facilitar a las administraciones públicas el uso de esta materia prima en sus licitaciones. El documento, aunque enfocado al sector público, dispone de referencias a distintos estudios realizados en Reino Unido o Suiza que pueden interesar a los constructores privados. Algunos de ellos estiman, por ejemplo, que aunque el coste inicial de construir en madera puede resultar un 26% más alto, al final, transcurridos 60 años de vida del inmueble, el valor del construido en madera es un 153% más alto que el de hormigón por la revalorización de sus componentes «ya que tienen un valor económico o energético, mientras que, al final del ciclo de vida del edificio de hormigón solo cabe su demolición y asumir consecuentemente un coste económico y energético». 

Ahora está también abierto el plazo para pedir ayudas de XERA para este año para fomentar la utilización de madera en la construcción. El período de solicitud estará abierto hasta el 2 de mayo o hasta que se agoten los cinco millones de euros disponibles para esta línea de subvenciones. Aunque no es la primera vez que se convocan, este año dan un paso más de cara a promover esa descarbonización. ¿Cómo? Habilitando por primera vez una partida específica para las promociones en altura, a la que también podrán concurrir edificaciones para uso residencial de un mínimo de tres plantas. Pero ya hay algunos ejemplos de cómo la madera ha entrado de lleno en algunas edificaciones ubicadas en Galicia de la mano de convocatorias anteriores de estas ayudas:  Calas de Aldán, un complejo turístico de varias villas diseñadas por la arquitecta Olalla Soade y  ubicadas en el corazón de la península de O Morrazo, es una de ellas. Otro ejemplo es Casa Panchés, una pequeña vivienda diseñada por Arrokabe Arquitectos en la falda del monte Pindo, en Carnota. 

Desde el Clúster da Madeira e do Deseño de Galicia también promueven estos usos a través de jornadas online como la que se desarrollará este miércoles y jueves en colaboración con el Instituto Galego de Promoción Económica, sobre innovación en madera. Ahí distintos profesionales compartirán sus experiencias en construcción sostenible y uso de la madera.

Más allá de eso, al recuperar el uso de la madera como elemento estructural de las viviendas también se mueven los engranajes de la industria forestal gallega. De hecho, la factoría de Xilonor en Coirós —la colaboración entre Finsa y Maderas Goiriz para impulsar la construcción en madera en la Península Ibérica y convertirse en referente en la producción de CLT— muestra el interés de la industria por no perder este tren. Además, según los cálculos de XERA, cada euro invertido en este tipo de material deja otro tanto en la economía regional o el doble en caso de usar madera local. Ahí entra en juego la urgencia de practicar en el monte un modelo de silvicultura capaz de producir en Galicia madera de calidad para surtir a este tipo de industria, cerrando el ciclo en Galicia y reduciendo la huella de carbono. Ahí también se están dando pasos. Pero esa es otra historia.