Elon Musk presenta a su primer paciente humano con «telepatía» por un implante de Neuralink

J. A. González MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Atlas

«Me ha cambiado la vida», asegura el joven de 29 años, que ha conseguido mover un cursor con la mente

21 mar 2024 . Actualizado a las 12:51 h.

«Me ha cambiado la vida». Estas son las primeras palabras de Noland Arbaugh, el primer paciente de Neuralink de Elon Musk, que perdió hace 8 años parte de sus funciones musculares por un accidente, y ahora es capaz de controlar el puntero del ratón con la mente tras participar en el primer ensayo clínico en humanos de esta compañía.

En un vídeo compartido en X (Twitter), propiedad de Musk, se observa a este joven de 29 años jugando al ajedrez con su mente. «Es como usar la fuerza (de Star Wars). Ha cambiado mi vida», señala Arbaugh que aparece acompañado de un ingeniero de Neuralink.

Tras varias pruebas en animales, este es el primer gran reto que la firma futurista de Musk ha enfrentado. «Este proyecto persigue crear una interfaz cerebral que ayude a las personas a abordar ciertas discapacidades, pero también a desbloquear el potencial humano del mañana», ha revelado en más de una ocasión el excéntrico empresario.

Neuralink lleva años trabajando en su interfaz cerebro-máquina (BCI), aunque no es la primera firma en conseguir esta conexión. Hace 25 años, el Hospital New England Sinai de Massachusetts, a través de varios implantes cerebrales, consiguió ayudar a un joven de 25 años a recuperar el uso de sus extremidades tras quedar parapléjico por un ataque con arma blanca.

El caso de Arbaugh es similar. Tras un «extraño accidente de buceo», señala en el vídeo, perdió las funciones musculares de sus hombros hacia abajo. «No tengo sensación ni movimiento desde mi lesión», explica. Ahora tras una cirugía realizada con precisión robótica para implantar el chip en una región del cerebro que controla la intención de moverse ha conseguido controlar el cursor de un ordenador Mac.

Cirugía intracraneal

La tecnología propuesta por Neuralink, a diferencia de otras propuestas, requiere de una intervención médica por su naturaleza invasiva. Es decir, requiere de la instalación de sensores microscópicos en el tejido cerebral.

Para ello se necesita de una cirugía especializada y realizada por un robot diseñado específicamente para esta tarea para evitar causar daños al cerebro humano. «A lo largo del estudio, se utilizará el Robot R1 para colocar quirúrgicamente los hilos ultrafinos y flexibles del Implante N1 en una región del cerebro que controla la intención de movimiento. Una vez instalado, el Implante N1 es estéticamente invisible y está diseñado para registrar y transmitir las señales cerebrales de forma inalámbrica a una aplicación que decodifica la intención de movimiento», explicó Musk en un Espacio en X.

Una vez colocado el dispositivo, el robot retira una pequeña porción el cráneo y conecta los electrodos en forma de hilos a regiones específicas. A continuación, se sutura la caja ósea «sin dejar cicatriz» -afirma Neuralink- y, después, el dispositivo empieza a interpretar las señales cerebrales con el objetivo de transmitir toda la información a los ordenadores mediante la conexión Bluetooth.

Polémicos avances

Creada en el 2016, los investigadores de la compañía cofundada por Musk trabajan en el desarrollo de una interfaz capaz de decodificar las señales del cerebro y así interpretar la intención de movimiento. El objetivo inicial de la empresa es permitir a las personas paralizadas controlar un cursor o un teclado utilizando solo sus pensamientos.

Bajo esta premisa, Neuralink recibió en el 2023 luz verde por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para ir un paso más allá y trasladar sus pruebas en animales a seres humanos.

Sin embargo, estos mismos reguladores ya han advertido que «hubo problemas con los experimentos con los animales». Concretamente, dichos inspectores «informaron de problemas de control de calidad en las instalaciones de investigación animal de Neuralink en California». Unas acusaciones a las que, por el momento, la compañía estadounidense no ha respondido.