«Muertos S.L.» recrea con humor el día a día de una funeraria

Iker Cortés MADRID / COLPISA

PLATA O PLOMO

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Movistar Plus+ estrena la nueva serie de los hermanos Caballero

04 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Fíjese si Movistar Plus+ confía en Muertos S. L. que la nueva ficción de los hermanos Caballero, responsable de títulos como La que se avecina o Machos alfa, ya ha rodado su segunda temporada sin que la primera haya sido siquiera estrenada. Protagonizada por Carlos Areces, cuarta vez que se pone a las órdenes de los Caballero, pero primera vez como protagonista, la serie llega a la plataforma el 4 de abril, a razón de dos capítulos por semana. La historia da comienzo cuando fallece Gonzalo Torregrosa, propietario y fundador de la funeraria que lleva su nombre. Dámaso Carrillo (Areces) era hasta ahora su mano derecha y está convencido de que lo mejor para todos es que él asuma el mando, pero Nieves (Ascen López), la viuda del difunto, será quien se ponga al frente de la empresa, ayudada por su inútil y entusiasta yerno, Chemi (Diego Martín), un experto en márketing que no ha dudado en colgar una fotografía enorme de Steve Jobs junto a su mesa de trabajo. A partir de ahí, las traiciones y las zancadillas estarán a la orden del día. «Fue muy sencillo. Nos preguntaron qué nos apetecía hacer y nos lo pusieron tan a huevo... Queríamos desarrollar una serie en un ambiente laboral, que era algo que no habíamos tocado antes, de media horita, en una funeraria y nos dijeron que guay», resume Alberto Caballero.

«¿Quién podría resistirse a este bomboncito?», apostilla con sorna Areces. En efecto, la ficción aprovecha el entorno de la funeraria para hablar de lo que acontece en cualquier pyme familiar. «En realidad, el tejido empresarial español está formado en un 80 % por este tipo de empresas pequeñitas, que no pasan de 10 o 20 trabajadores, y eso encaja mucho con un tanatorio de extrarradio. A diferencia de una ficción como Succession, nos interesaba hablar de las miserias del día a día, de esa persona que va a currar y que odia a su compañero, un perfil más bajo y más español», continúa Alberto Caballero.

Espectaculares decorados

Sin duda, uno de los aspectos más sorprendentes de la serie son los decorados que se han levantado para desarrollar la producción, con dos enormes platós de 1.500 y de 1.200 metros. Afirma Laura Caballero que los decorados han quedado tan realistas que los primeros días el equipo técnico «entraba despacio» y alguno «hasta se santiguaba». Tal es así que incluso los servicios de mensajería se daban la vuelta cuando veían el logo de la funeraria en el exterior, al entender que la dirección estaba equivocada. Las miserias humanas Preguntado por una periodista acerca de si la miseria humana tiene límites, Alberto Caballero responde tajante: «La tendrá, pero no lo hemos descubierto. Los temas más escabrosos, más de actualidad o más conflictivos de la sociedad creo son los más comediables. Desde el punto de vista de los creadores, tenemos que pelear desde el humor y la comedia a favor de la libertad de expresión y de poder tratar prácticamente cualquier tema y luchar contra los ofendiditos y de la gente que entra en redes buscando la manera de ofenderse, crear un hashtag y tratar de cancelar a alguien». Apuntala su razonamiento asegurando, además, que «nos ha costado muchos siglos de evolución poder decir lo que pensamos civilizadamente y hacer un chiste, incluso, que no tenga gracia y exponernos a que alguien se ofenda y lo gestione, pero nos estamos linealizando alrededor del pensamiento mainstream, lo políticamente correcto y el buenismo. La comedia tiene un papel muy importante peleando contra eso».

«Si todos seguimos adorando a Carlos Areces es que la comedia no tiene fin», completa a su lado Laura Caballero, mientras Areces se queja de que siempre le pongan de ejemplo cuando se habla de miserias humanas. No esconde Alberto Caballero que A dos metros bajo tierra, la ficción de HBO que abordaba el día a día de una familia que lleva una funeraria, es una de sus series favoritas, pero Muertos S. L. no se mira en su tono, que avanzaba en torno a los traumas familiares. Y sin embargo sí es cierto que «al final pasamos más tiempo con nuestros compañeros de trabajo que con nuestras familias y se convierten en una familia involuntaria y muchas veces indeseada y eso da lugar a mucha comedia». A su juicio si hay que buscar una serie a la que más se parezca es a The Office, pese a que no es un falso documental. Areces lleva el peso de una producción muy coral en la que Amaia Salamanca da vida a quien fuera becaria de Dámaso y ahora, desde la competencia, «quiero pasarle por encima», explica. A su lado, Diego Martín señala que el problema de dar vida desde el absurdo a personajes tan extremos como Chemi, ese innovador en un campo tan inmóvil como el de la muerte, es que «al final sus ideas no me parecen tan descabelladas».

Y ojo porque muchos amigos de los hermanos Caballero ya han hecho la pertinente solicitud para aparecer en la ficción de extras como finados. «Rocío Carrasco me ha pedido salir como muerta», desvela Laura Caballero. No es tan fácil. Recuerda su hermano que en La que se avecina les mandaron a un actor que se tenía que hacer el muerto y tenía un tic en los ojos. «Lo solucionamos poniéndole gafas de sol».