La moda de los candados del amor afecta ya a los bancos del siglo XIX de la Alameda de Santiago: «Hay que retirarlos de inmediato para evitar un efecto llamada»

O. S. SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

Alba Furelos

El parque, que suma protagonismo por las fiestas de la Ascensión, abre de nuevo el debate sobre este fenómeno vinculado al turismo. El Concello compostelano avanza que «está previsto que os vaian a retirar mañá»

06 may 2024 . Actualizado a las 18:03 h.

En esta semana en la que arranca la Ascensión una de las paradas para muchos compostelanos está en la Alameda, donde se concentran los festejos, con las atracciones y la noria en lo alto. Pero, desde hace días, el céntrico parque de Santiago también es noticia al haber aparecido en los conocidos bancos de su paseo central -una de sus joyas patrimoniales- distintos candados del amor, esa moda por la que parejas de todo el mundo dejan, en distintos monumentos, una pesada prueba de su relación.

«Antes de nada, hay que remarcar que no es un fenómeno local, sino mundial. No hay que olvidar que en el 2014 una rejilla de la pasarela del célebre Puente de las Artes de París se hundió por el exceso de peso con los candados», atestigua Carlos Fernández Coto, presidente de Apatrigal, la Asociación para a defensa do Patrimonio Cultural Galego. «Yo acabo de estar en Brooklyn y era increíble la cantidad de candados colocados en su famoso puente. Es algo que se da en los cinco continentes, pero sobre todo, en sitios turísticos», añade, poniendo el foco, en el caso compostelano, en la importancia histórica de los bancos.

«Poner un candado vulgar en bancos de piedra, que son únicos, al haberse fabricados en 1870 en la factoría Sargadelos, no es solo un atentado contra el patrimonio, sino un reconocimiento del propio desconocimiento de su valor patrimonial. En principio, se entiende que no fueron colocados por vecinos de Santiago», señala el presidente de Apatrigal, ahondando en lo decisivo de actuar con celeridad contra una tendencia que cada vez va a más.

«Yo siempre aludo a la teoría de las Ventanas rotas, formulada en 1982 por dos profesores, por la que si en un edificio aparece una ventana con los cristales rotos y no se repara rápidamente, pronto aparecerán más ventanas rotas acelerando el proceso de degradación del mismo. En el caso de los bancos podría pasar igual. Hay que retirar los candados de inmediato para evitar un efecto llamada. Antes de dejarlos en un bien público se debería pensar en el coste que conlleva quitarlos a los Ayuntamientos afectados. A muchos municipios les obliga a tener un servicio de vigilancia y recogida y también de restauración. En el caso de los bancos, un metal podría llegar a afectar a otro si se dejan mucho tiempo a la intemperie», razona Carlos Fernández Coto.

El Concello de Santiago, consultado por La Voz, ya avanza que «está previsto que os vaian mañá a retirar». «No Código de Boas Prácticas para potenciar un turismo consciente, aínda que sen nomear aos candados, xa se fixo alusión a que os visitantes non se deixan levar por pseudotradicións ou prácticas inapropiadas», insisten desde Raxoi.

Los bancos de la Alameda compostelana, en cuyos respaldos destacan las figuras de niños tocando instrumentos musicales y jugando con ardillas, están formados por una base de piedra granítica, destinada para servir como asiento, y otra parte realizada que se utiliza como respaldo y que divide el banco en dos caras. Los respaldos fueron realizados en la fábrica de Sargadelos cuando esta aún se dedicaba a la fundición.