Rosa y Omar pasaron de vender lechugas a servir sus hortalizas listas ya para cocinar

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Xoán A. Soler

Crearon Hortomar pensando en facilitar la tarea al sector hostelero, pero la pandemia les obligó a ampliar su cartera de clientes

02 may 2024 . Actualizado a las 17:44 h.

Cuando nadie imaginaba que un virus iba a paralizar el mundo, Rosa Uzal, hija de José Uzal, el artífice del conocido belén de San Fiz, y Omar Asad decidieron darle un giro al negocio familiar y crearon Hortomar. Hasta ese momento tenían una plantación de lechugas que vendían al por mayor, pero fue entonces cuando decidieron ampliar su catálogo de productos a prácticamente todos los de la huerta. En el 2019, con la nueva empresa en marcha, apostaron por un producto elaborado «no cocinado, sino listo para ser cocinado o para ser servido, como la lechuga», que se entrega «en cajas de cuatro o cinco kilos, lavadas y troceadas. «Listas para aderezar y comer», explica Rosa. Sus clientes preferentes fueron del sector de la hostelería y los colegios, pero la pandemia estuvo a punto de echar por tierra todas sus ilusiones. «Fue un momento complicado, porque la hostelería paró en seco y los colegios cerraron». Ante esta situación, Rosa y Omar no tiraron la toalla y buscaron otros clientes en sectores distintos. Lejos de abandonar, cuatro años después dejarán las instalaciones que tenían alquiladas en A Estrada para mudarse a otras en propiedad. Y ya cuentan con una plantilla de diez personas. Aunque en sus inicios la lechuga marcó el camino, pronto se dieron cuenta de que podrían ampliar su oferta: «Las patatas, por ejemplo, que las pelamos y troceamos. Son cientos de kilos al año. Se preparan para diferentes usos: para hacer tortillas, panaderas, freír, guisar o con adobo para asar. Se envasan al vacío sin agua», detalla Rosa. Lo mismo con las cebollas, calabaza, calabacín, brécol, repollo, puerros, pimientos, col, lombarda o zanahoria. «Los productos se dejan listos para cocinar de diferentes maneras y para distintos usos. Lo que hacemos nosotros le ahorra un trabajador al hostelero. Algo que en estos tiempos, en los que es tan difícil conseguir personal para la cocina, es un lujo», apostilla. Algo que Rosa y Omar llevan a rajatabla es «el compromiso con el producto nuestro. Trabajamos exclusivamente con productos nacionales. Procuro que sean de proximidad, de aquí cerca, pero, si no hay, viene de otros sitios de España. Solo nacional», aclara Rosa Uzal. Eso sí, con los grelos «no hay opción de buscarlos en otros sitios de España, porque no los hay. Son de temporada, y de aquí, porque todo es fresco. Nada congelado». El 80 % de sus repartos van a establecimientos de hostelería, pero suministran a colegios, hospitales y panaderías.