Absuelven por tercera vez al portero Álvaro Ratón de la acusación de agresión sexual

M. Rodríguez OURENSE / LA VOZ

O CARBALLIÑO

El futbolista Álvaro Ratón, con su abogado, Antonio Gea, entrando al edificio judicial para el segundo juicio por este caso, celebrado en el mes de noviembre.
El futbolista Álvaro Ratón, con su abogado, Antonio Gea, entrando al edificio judicial para el segundo juicio por este caso, celebrado en el mes de noviembre. Santi M. Amil

La jueza considera que no hay pruebas para condenarlo y ve incoherencias y contradicciones de la denunciante y de sus testigos. El abogado del futbolista, que ahora juega en la segunda liga de Polonia, anuncia que está preparando una querella por falsa denuncia y falso testimonio

15 dic 2023 . Actualizado a las 19:34 h.

Tercera sentencia y tercera absolución para el portero de fútbol Álvaro Ratón, que estaba acusado de una supuesta agresión sexual tras una denuncia presentada hace cinco años en O Carballiño. Después de otras dos sentencias previas, también absolutorias, la Audiencia Provincial había ordenado la repetición del juicio. La vista oral se celebró a mediados de noviembre y, justo un mes después, ya se conoce la resolución. Una segunda jueza dicta de nuevo sentencia absolutoria para el acusado.

La jueza sustituta del Penal 1 de Ourense, Susana Conde, considera que a tenor de la prueba practicada no resultó desvirtuado el principio de presunción de inocencia del encausado. La Fiscalía le pedía un año de prisión y la acusación particular, dos años y seis meses. En cuanto a la indemnización, el Ministerio Fiscal solicitaba 9.690 euros y el abogado de ella reclamaba 40.000 euros.

Tras esta tercera absolución, el abogado del portero —que en el 2018 formaba parte del Real Zaragoza de la Segunda División española y ahora milita en un equipo de la segunda categoría de Polonia— afirmó que van a querellarse contra la mujer y contra algunos testigos por falso testimonio y falsa denuncia. «Álvaro Ratón ha sido perjudicado profesionalmente, rechazó ofertas —alguna de Arabia Saudí— por estar en curso este proceso judicial y lleva cinco años sin poder visitar a sus abuelos en su pueblo por la orden de alejamiento. Esto trasciende lo personal y lo profesional, por eso continuaremos el proceso. Entendemos que esta denuncia fue por motivos espurios, pues ella la presentó después de saber que él era jugador de Segunda División», sostiene el letrado Antonio Gea, de un bufete de Murcia especializado en derecho deportivo.

«La declaración prestada por la perjudicada no se vio suficientemente reforzada por elementos corroboradores de su versión acusatoria», recoge la sentencia. Las declaraciones ofrecidas por los testigos que presentó la parte denunciante no permiten considerar plenamente acreditada esa versión, en algunos casos porque nada vieron, ni saben si la mujer y el acusado estuvieron hablando aquella madrugada del 24 de junio del 2018 en un pub de la zona de ambiente de O Carballiño.

Tampoco quedó claro en el juicio el origen de los moratones que presentaba la denunciante tras los hechos. Algunos testigos, como un matrimonio al que ella le enseñó las lesiones mientras les contaba lo que le había pasado la noche anterior, se contradijeron al describirlos, y los peritos y profesionales indicaron que esos hematomas serían compatibles con el zarandeo que relató la denunciante, pero también que podían tener un origen diverso. La asistencia médica que se le prestó tuvo lugar cinco días después del suceso. Asimismo, algunos profesionales cuestionaron que el hecho denunciado pudiese desencadenar el estrés postraumático que se le diagnosticó a la víctima, quien, por otra parte, ya estaba recibiendo tratamiento antes por un un cuadro clínico ansioso depresivo.

Además, el propio testimonio de la víctima —que es la prueba de cargo esencial en este tipo de delitos— tampoco goza de peso suficiente, según la jueza. Aunque no consta que hubiese una mala relación previa entre ambos, la togada menciona que, además de sus dudas anteriores, está el hecho de que la chica acudiese el día después al mismo pub y le comentase a un amigo del encausado que pensaba que Álvaro Ratón era un chulo y un prepotente y que iba a darle un escarmiento. La versión de la denunciante no se mantuvo de forma coherente en el tiempo, otro de los requisitos para dar credibilidad a su testimonio. Hubo modificaciones en sus sucesivas declaraciones que afectan a datos esenciales, según la jueza. En el juicio dijo que no había hablado antes con el futbolista, sino que fue él quien le dijo algo que no le gustó al volver ella de fumar. La segunda vez que se encontró con él, el hombre, según la versión que dio la denunciante en la vista, la agarró por el brazo, la empujó, la besó en contra de su voluntad y le metió la mano en las bragas.

En su primera denuncia ante la Guardia Civil, el relato de hechos que dio fue «notablemente diferente». También cambió su versión en lo relativo a que el acusado se bajó los pantalones y le enseñó el pene. Se lo escuchó decir el marido del matrimonio al que le contó lo ocurrido la noche anterior y, sin embargo, no lo expuso en la denuncia ante la Guardia Civil. La jueza describe que el pub en el que supuestamente ocurrió la agresión sexual está en una zona concurrida, en la noche de San Juan con mucha gente y que ningún testigo vio nada de lo denunciado. Ni tampoco las personas que acompañaban a la chica esa noche de fiesta. La sentencia se puede recurrir ante la Audiencia Provincial.