Vingegaard reivindicó su ambición en la ruta ourensana de O Gran Camiño

OURENSE

Vingegaard festeja su victoria de etapa y su liderato provisional en el podio ribadaviense
Vingegaard festeja su victoria de etapa y su liderato provisional en el podio ribadaviense Santi M. Amil

El danés se fugó en el alto de O Couso y el ourensano Canal terminó segundo

24 feb 2024 . Actualizado a las 19:45 h.

Las crónicas del ciclismo antiguo juguetearon a menudo con el calificativo de caníbal, sobre todo en torno a las figuras de Eddy Merckx o Bernard Hinault, voraces a la hora de acumular más y más triunfos. En las carreteras gallegas, en plena disputa de O Gran Camiño, anda suelto otro insaciable deportista, Jonas Vingegaard. El danés lo demostró una vez más en la tercera etapa de la ronda, ganando con total autoridad en la meta de Ribadavia y aventajando en 29 segundos a un grupo en el cual el ourensano Carlos Canal (Movistar) esprintó mejor para cruzar la meta segundo.

El ganador de dos ediciones del Tour de Francia ya se impuso en las carreteras gallegas el pasado año, venciendo en las tres etapas disputadas. Ganó la de ayer en Chantada y partió como líder desde Xinzo de Limia para afrontar con un colchón de 23 segundos los poco más de 173 kilómetros, hasta la meta en el Castelo de Ribadavia.

Aún así, el cabeza de filas del atacó poco después de la salida, pasando primero por el alto das Estivadas. De esa iniciativa nació la fuga buena de la jornada, en la que Pablo Castrillo (Kern Pharma) llegó a colocarse en lo alto de la tabla provisional. Ni se inquietó el favorito ni su escuadra. De hecho, el peso del pelotón lo asumieron conjuntos como el Movistar, que no metió a nadie en la fuga, o el Ineos, pensando ya en la victoria parcial cada vez más próxima.

El alto de O Couso se comió la ventaja del pelotón de cabeza y, a veinte kilómetros de la llegada, demarró Vingegaard, sin que nadie fuera capaz de seguirlo. Castrillo coronó antes, pero el danés también fue imparable bajando. Su renta rozó el minuto, que administró para cruzar el Miño y picar siempre hacia arriba en dirección a lo alto del podio ribadaviense.

En el grupo perseguidor, el ourensano Carlos Canal sabía que la empinada recta de meta se le iba a hacer larga a muchos de los aspirantes a la dominar el esprint. Fue el que mejor marcó el tempo del desenlace y fue segundo, picando el mismo tiempo para el francés Quintin Pacher (Groupama), que se conformó con el tercero.

Forza Canal desde Xinzo de Limia a Ribadavia

Ourensano, de Xinzo de Limia, de la generación del del 2001. Carlos Canal es una de las últimas incorporaciones de un equipo puntero a nivel mundial, como es el Movistar, y también una de esas raras avis que es profeta en su tierra. De su localidad natal salió la tercera etapa de O Gran Camiño y allí sus compañeros de equipo sonreían y bromeaban con él, al ver balcones y ventanas con el mensaje Forza Canal.

En lo alto del podio de presentación de la jornada, el pujante ciclista exponía sus impresiones: «Foi emocionante ver a todo o meu pobo gozando do ciclismo, hai que dar espectáculo». Y lo hizo, fue segundo, tras el extraterrestre Vingegaard, al imponerse en un esprint que tenía muy estudiado. Por el camino, pasó por Maceda, con cuyos colores fue campeón nacional con la bici de montaña. Y es que todos animamos a Carlos. Forza Canal.