El problema es de más calado

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Ballesteros | EFE

27 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Sea cual sea el desenlace a esta situación inédita y un tanto descabellada que vivimos, hay cientos asuntos que debemos arreglar de forma inmediata. Porque estamos todos centrados en la decisión del presidente Sánchez, en cómo afrontará el problema y en sus derivaciones, pero el origen de todo esto es lo que debería de preocuparnos. Y el papel que ha jugado cada uno para llegar a esta situación.

El problema ya no es tanto si el presidente dimite, que, aunque es un inconveniente, otro ocupará su lugar. Si le sustituye uno leal, o si se somete a una moción de confianza. Eso lo superaremos. La cuestión es solventar por qué llegamos hasta aquí, en qué condiciones y cómo podemos salirnos de esta atmósfera tóxica en que vivimos.

Desde estas páginas lo dijimos en multitud de ocasiones. Hasta aquí llegamos a base de bulos, desinformación, manipulaciones y acusaciones, la mayoría infundadas. Por todos consentidos. Hasta aquí llegamos con el y tú más, los Txapote y «me gusta la fruta». Con convertir a Begoña en Begoño o confundirla con una señora de Santander. Utilizando las instituciones en beneficio propio. Enfrentándolas. No condenando la violencia. Incorporando a esta sinrazón a quienes tienen que impartir justicia. Tergiversando la realidad. Pateando la Constitución y las reglas de juego. Y como siempre ocurre, la cosa fue in crescendo hasta hacerse incontrolable.

Tenemos el honor de haber superado ampliamente a Donald Trump. Que no deja de ser un aprendiz a nuestro lado. Porque con los 29.508 bulos que hizo públicos en 1.386 días no logró derribar ni un geranio. Aquí no. Aquí la estrategia fue perfecta. Y puede dar los resultados deseados porque se ha tejido una telaraña con la Justicia en la cúpula y en la que un juez, conocido por sus causas absurdas, abre una investigación con informaciones que el propio denunciante reconoce como falsas. Con ocho recortes de prensa. Y sin consulta previa a la Fiscalía.

Ni hoy ni nunca voy a poner la mano en el fuego por Begoña Gómez. Allá ella y sus negocios, si los tiene. Ni por Pedro Sánchez. Ya aprendí. En una ocasión destaqué la honestidad de un alcalde popular lucense y después resultó ser de los más corruptos. Pero si Begoña es culpable o inocente han de decidirlo los tribunales, y hoy en día ni tan siquiera figura en la causa abierta.

La sorprendente decisión de Pedro Sánchez de plantear una dimisión en diferido no puede ocultarnos la verdadera dimensión del problema. Acabe como acabe. La guerra sin cuartel, con un clima de enfrentamiento supremo, denunciado hasta por el FMI; la furia de la oposición, la falta de respeto, los insultos y, de forma especial, los bulos, no pueden mantenerse por más tiempo. Porque estamos a un paso de hacer saltar por el aire la democracia. Estos niñatos no saben lo que nos costó conseguirla. Y si sus padres, por ejemplo Manuel Fraga, levantasen la cabeza, se morirían del susto. Y del disgusto.