El adjetivo «prostitucional»

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

BENITO ORDOÑEZ

27 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Un conocido radiofonista dijo no hace mucho en su programa dirigiéndose a un ministro con un juego de palabras: «En el prostitucional no son jueces. Jueces son los del Supremo». Cuando alguien topa con una palabra con la que no se está familiarizado puede acudir a los diccionarios. En este caso, la búsqueda de prostitucional habrá resultado infructuosa. No está ni en el DLE ni en otros de los más manejados. ¿Quizá fue ignorada porque iba a ser una voz de vida fugaz? En absoluto. Le preguntamos a Google y el buscador ofrece 99.000 respuestas. ¿Estará mal formado el adjetivo? No lo parece. A prostitución se le ha añadido el sufijo -al, que en los adjetivos indica relación o pertenencia.

En los últimos años, prostitucional se emplea bastante en círculos feministas, y muchas veces asociado a la palabra sistema. Valga como ejemplo la Ley Orgánica Abolicionista del Sistema Prostitucional, promovida por la Plataforma Estatal de Organizaciones de Mujeres por la Abolición de la Prostitución. Son muchos los trabajos elaborados en universidades, como tesis, donde se trata sobre la prostitución y se emplea el adjetivo en cuestión. Y documentos de organizaciones que se ocupan de mujeres prostituidas que creen que el abolicionismo las criminalizará. A estos usuarios del adjetivo deben añadirse los autores de numerosos libros.

El uso más antiguo de prostitucional con el que logramos dar data de 1892. Lo emplea Alberto Palomeque, escritor, historiador y abogado uruguayo. Fundó y dirigió varias publicaciones y fue autor de muchos libros, entre ellos Mi año político. En este menciona a un tal doctor Carafí, «partidario de la libertad prostitucional», que proponía, entre otras cosas, la supresión de las casas de lenocinio.

Más interés tiene la tesis de José M. Olivencia para el bachillerato en Medicina (Lima, 1914), Contribución al estudio de las enfermedades venéreas en el Ejército del Perú: «Todo ha sido ineficaz contra la prostitución, su constancia es indestructible, y períodos ha tenido en que Reyes y Papas le han rendido vasallaje, concediéndole las prerrogativas de la protección a cambio de la utilidad». Citando a un tal doctor Felipe Merkel, señala que el papa Sixto IV cobraba todos los años 20.000 ducados de beneficios de un solo burdel que había mandado construir, y añade que hubo «emperadores que premiaban a sus buenos servidores con el usufructo de la contribución prostitucional». Hacienda había llegado a los lupanares.