Sueños y realidad

OPINIÓN

MARIO ANZUONI | REUTERS

28 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El químico alemán Kekulé (1829-1896) descubrió que el átomo de carbono tiene cuatro valencias (puede formar cuatro enlaces químicos, en algunos de los cuales se une a otros átomos de carbono formando cadenas lineales). En 1865, Kekulé, estaba intrigado con la estructura de la molécula del benceno. Una noche soñó con dicha molécula a la que veía como una cadena lineal serpenteante, hasta que, de pronto, se cerraba sobre sí misma como una serpiente que se muerde la cola. El sueño le dio la idea de que la molécula de benceno debía de estar formada por un anillo de seis átomos de carbono. Un sueño, el de Kekulé, que se ha hecho realidad e inició el camino para conocer la estructura de otros compuestos.

El Beatle Paul McCartney contó, en una entrevista, lo siguiente: Tuve un sueño en los años sesenta en el que, mi madre, que había fallecido unos 10 años antes, vino a mí en el sueño y me tranquilizó diciendo: Let it be, let it be (que podría traducirse como: déjalo estar, déjalo pasar), transmitiendo una idea de aceptación de las circunstancias de la vida. El hecho concreto es que, de un sueño, nació la icónica canción de los Beatles: Let It Be.

En ambos casos (Kekulé, McCartney) el sueño es el detonante que permite lograr una realidad para la que estaban preparados: estructura del benceno y excelente canción (Let It Be). El mismo sueño, en otras personas no preparadas no produciría el mismo resultado.