Ducati DesertX: una moto para volar sobre la tierra

Por Javier Armesto

MOTOR ON

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La Ducati DesertX nos transporta automáticamente al Dakar con su chasis, suspensiones y neumáticos orientados al «off road» y seis modos de conducción, incluyendo Enduro y Rally. Su motor bicilíndrico de 937 cc y 110 CV tiene par de sobra para enfrentar cualquier aventura que se presente.

17 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Las maxi trail de media cilindrada están de moda —son más prácticas para el día a día y se manejan mejor por lo marrón—, pero Ducati ha estirado un poco el cubicaje acercándolo casi al litro en su nueva DesertX. Con un peso en seco de 202 kilos, más un depósito de 21 litros, esta aventurera se mueve como queremos en el asfalto o la tierra, pero es en este último escenario donde se puede exprimir toda su versatilidad.

La parte ciclo tiene la habitual configuración de llanta de radios de 21 pulgadas delante y 18 detrás, con una generosa distancia al suelo (250 mm) y unas suspensiones desarrolladas por el especialista japonés Kayaba: gruesa horquilla invertida de 46 mm y monoamortiguador (230 y 220 mm de recorrido, respectivamente), ambos regulables en compresión, rebote y precarga.

La frenada es muy potente, y es que delante hablamos de unas pinzas radiales Brembo de cuatro pistones que muerden discos de 320 mm. El sistema incluye ABS Cornering, capaz de calcular la inclinación de la moto y adaptar la fuerza de frenado evitando el downside, es decir, la caída debido al cierre del tren delantero.

La ergonomía del sillín, el manillar y las estriberas está diseñada para hacer que las transiciones de estar sentado a estar de pie, típicas de la conducción off-road, sean lo más naturales posibles. La altura del asiento es de 875 mm y se puede reducir gracias al asiento y al kit de suspensión rebajada. La verdad es que la posición es muy natural y relajada, y la pantalla, aunque no protege mucho, tampoco crea turbulencias.

Los neumáticos de serie son unos Pirelli Scorpion Rally STR sin cámara, que se pegan de forma excelente al asfalto a pesar de su dibujo de gruesos tacos. Pilotar esta Ducati por carretera es muy satisfactorio, porque basta un leve giro del puño derecho para salir disparados, gracias a sus 110 caballos. Hay seis modos de conducción (Enduro, Rally, Sport, Touring, Urban y Wet, así que están contemplados todos los escenarios). Eso sí, esta moto pide a gritos un escape más rotundo y para ello están disponibles como opción un silenciador de titanio Termignoni y otro de carreras de la misma marca, que reduce el peso y mejora el rendimiento gracias a un mapeo dedicado.

Como no puede faltar en cualquier moto moderna, la DesertX cuenta con un buen catálogo de accesorios. Para off-road hay un sillín de rali, que combina los asientos del piloto y del pasajero para una mayor eficacia en la conducción, guardamanos reforzados, rejillas para faros y radiador, defensa del motor reforzada y barras de protección tubulares. Para uso en viajes tenemos maletas laterales y superiores de aluminio (hasta 120 litros de capacidad total), caballete central, puños calefactables y luces led adicionales. Pero si hay un extra que llama la atención es un depósito trasero adicional de 8 litros, perfectamente integrado en el chasis de la moto y que aumenta la autonomía en más de 150 kilómetros. La transferencia de combustible del tanque trasero al delantero se sugiere al conductor a través del tablero cuando el depósito principal alcanza un nivel suficientemente bajo, y se puede activar fácilmente a través de los controles del manillar.

La Ducati DesertX cuesta 17.390 euros, una cifra respetable, pero esta moto incluye mucha tecnología: control de tracción, antiwheelies (para evitar caballitos), control de velocidad de crucero y cambio rápido tanto para subir como bajar marchas, aunque personalmente su embrague de mantequilla —con una mínima presión de la maneta— me resulta menos brusco que el quickshifter.