La reunión entre Kirchner y Villarruel: un nuevo empujón a la transición argentina

Cecilia Valdez BUENOS AIRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Cristina Fernández de Kirchner (izquierda), actual vicepresidenta argentina, y Victoria Villarruel, vicepresidenta electa, en imágenes de archivo.
Cristina Fernández de Kirchner (izquierda), actual vicepresidenta argentina, y Victoria Villarruel, vicepresidenta electa, en imágenes de archivo. Reuters

El encuentro llega un día después de las conversaciones entre Milei y Fernández

23 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Después del triunfo de Javier Milei el pasado domingo en Argentina, las noticias corren como la pólvora. La victoria del ultraderechista representa una reconfiguración enorme del mapa político del país y eso despierta una gran incertidumbre en todos los niveles. Los anuncios en materia económica, la conformación del gabinete y del Congreso y los términos en los que se defina la transición entre dos fuerzas políticas que prácticamente carecen de puntos en común —del peronismo de Unión por la Patria a la ultraderecha de La Libertad Avanza (LLA)— están en el aire. Y no hacen más que aumentar la incertidumbre de este período y de unas políticas que terminarán de tomar forma el 10 de diciembre, cuando se consume el traspaso de la banda presidencial.

Por ahora, la novedad es que la actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, se reunió en el Senado ayer a las cinco de la tarde (las nueve de la noche en España) con la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel, para empezar a delinear la transición del puesto. Tal y como sucedió el martes con el encuentro entre el presidente Alberto Fernández y el recién electo, Javier Milei, se preveía una conversación estrictamente protocolar, pero dadas las grandes diferencias ideológicas que separan a ambas, los resultados —y la foto—, se esperaba con ansias. La trascendencia del momento político en Argentina, de hecho, llevó a Fernández de Kirchner a suspender un viaje que tenía programado (iba a dar una conferencia en la Universidad de Nápoles).

Ajuste «monumental»

Por otra parte, Milei declaró que «es la primera vez que alguien gana diciendo que va a hacer un ajuste», pero que el ajuste, si bien será «monumental» para equilibrar las cuentas públicas, esta vez «no lo van a hacer los argentinos. Lo va a hacer la casta». También advirtió de que no hay dinero, de que los alcaldes deberán buscar la forma de financiar la obra pública y de que echará a cualquier ministro que gaste de más.

Respecto de su futuro gabinete, y aunque sostiene que los nombres definitivos se conocerán el 10 de diciembre —día de la toma de posesión—, ya se definieron algunos y se rumorean otros. Pero sin duda, el cargo que despierta mayor interés es el del ministro de Economía, actualmente ocupado por el peronista Massa, el candidato derrotado. De momento, el nombre que suena más fuerte es el de Federico Sturzenegger, expresidente del Banco Central —el mismo que Milei piensa cerrar— durante el gobierno de Mauricio Macri. Sturzenegger tiene una relación preexistente con Milei, pero también con Macri.

«Paternidad voluntaria»

Después de sus altisonantes declaraciones en campaña y envalentonados por los resultados electorales, Bertie Benegas Lynch y Lilia Lemoine —diputados de LLA— redoblaron la apuesta. «Que tengamos ley de aborto es una salvajada, yo la derogaría», sostuvo Benegas Lynch en declaraciones a Radio Continental. Por su lado, Lemoine confirmó que presentará en el Congreso su proyecto de «paternidad voluntaria», que «pretende que los varones puedan renunciar a la paternidad no deseada». Lemoine sostuvo que hay mujeres «que usan a los niños de rehenes para sacar beneficios» y desató una gran polémica. En el 2022, un 66,5 % de las madres bonaerenses afirmaban que no recibían la cuota alimentaria o que solo habían cobrado una parte de forma irregular.

 

Las cíclicas expropiaciones y privatizaciones de la petrolera estatal, YPF

Son días muy convulsos en Argentina. Casi ningún sector ni organismo público o privado se siente a salvo de los cambios que se avecinan. Paradójicamente, y en la misma semana, YPF (la petrolera estatal), es noticia tanto por su expropiación como por su posible privatización.

La empresa ya había sido privatizada en los años noventa, bajo el mandato del peronista Menem, cuando el país pasaba por otro período de inflación extrema. Tras pasar por manos de Repsol, YPF volvió a ser nacionalizada en el 2012, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Repsol recibió entonces 5.000 millones de dólares.

En el marco del juicio que lleva adelante el Tribunal Supremo de EE.UU. por dicha expropiación, la jueza de Nueva York, Loretta Preska, accedió ayer a retrasar la ejecución de una sentencia de 16.100 millones de dólares contra el Gobierno argentino. Sin embargo, determinó que el Estado debe ofrecer distintos activos —entre ellos acciones de YPF— como garantía para evitar nuevos embargos antes del 5 de diciembre.

Por otra parte, si bien el anuncio de Milei de privatizar YPF disparó el valor de las acciones de la petrolera en Wall Street (un 40 %), para muchos especialistas en la materia esto no contempla el valor estratégico de la empresa en el mercado interno y destacan el salto en productividad del último año. Según el portal BAE negocios, el beneficio bruto de explotación del último año fue de 2.976 millones de dólares.

«Primero, recomponerla»

«Mientras se racionalicen esas estructuras, crearán valor para que después se puedan vender de una manera muy beneficiosa para los argentinos», explicó Milei, al mismo tiempo que señaló que «lo primero que hay que hacer es recomponerla». También tuvo palabras para el actual gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, responsable de estatalizar la empresa en el 2012 (cuando ocupaba el cargo de ministro de Economía en el gobierno de Kirchner). Milei señaló que desde la estatalización hubo un «deterioro de la empresa en términos de resultados, y ahora vale menos que cuando se expropió».