Revés judicial para The Grefg: un tribunal de Andorra da la razón a la anciana que quiso desahuciar

LA VOZ REDACCIÓN

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El Tribunal Superior de Justicia de Andorra desestima la demanda contra la mujer, de 80 años, que presentó su empresa inmobiliaria. Pretendía echarla del bloque de viviendas ubicado en Escaldes para ejecutar reformas

29 feb 2024 . Actualizado a las 08:28 h.

El plan de uno de los streamers españoles más conocidos, The Grefg, de echar a la inquilina de un piso de un bloque de viviendas que adquirió en Andorra para ejecutar reformas y especular después con los precios se ha visto truncado. El Tribunal Superior de Justicia andorrano ha anulado la sentencia del pasado mes de agosto, que ordenaba desalojar a esta mujer.

En verano de 2020, el comunicador se trasladó al país vecino para pagar menos impuestos. A través de su sociedad inmobiliaria, Grefito, adquirió un bloque de viviendas en el municipio de Escaldes. No renovó los contratos de alquiler a los inquilinos de los pisos porque pretendía reformar el edificio entero. Pero se topó con el caso particular de una mujer de avanzada edad que llevaba viviendo allí desde 1989 mediante un contrato verbal y por lo tanto escapaba a cualquier regulación local aplicable.

Según la sentencia, recogida por Cadena Ser Andorra, The Grefg no argumentó en el juicio porqué ese contrato de la anciana no tenía validez y debía, según pretendía, ser desalojada. Además, convirtió la vida de la señora en un infierno. Su empresa acometió obras que supusieron quitar ventanas y otros elementos de protección térmica, dejando la vivienda expuesta al frío habitual del país pirenaico. En una sentencia, recurrida por el youtuber, se le obligaba a garantizar los servicios básicos en la vivienda de la anciana y a tapiar las ventanas del inmueble.

Cuando se hicieron públicas estas prácticas el murciano hizo un comunicado indicando que la mujer era «perfectamente consciente» de que tendría que irse. El abogado de la anciana defiende que debe seguir residiendo en el lugar, ya que está blindada con un contrato «vitalicio»: «Lo que marca la ley es que dura mientras ella esté viva».