El Fiscal rebaja un año la pena para Montserrat y Triana y da alternativas para Raquel Gago

Efe LEÓN

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La policía local reitera su inocencia en el alegato final, mientras que Triana reitera que fue acosada sexualmente. La asesina confesa ha renunciado a su derecho a la última palabra

17 feb 2016 . Actualizado a las 16:11 h.

La Fiscalía ha ofrecido este lunes una rebaja de pena de un año para dos de las acusadas del asesinato de la que fuera presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, Montserrat y su hija Triana, y ha planteado tres alternativas para la policía Raquel Gago. En ninguna de ellas se libraría de la cárcel.

El fiscal, Emilio Fernández, ha reclamado al jurado en la última jornada del juicio que considere culpables del asesinato a las tres acusadas. Ha avanzado, además, durante la lectura de las conclusiones definitivas, la rebaja de un año en la pena de Montserrat González, autora confesa del asesinato, así como en la de su hija, Triana Martínez. Así, su castigo pasaría de 20 a 19 años. A estos 19 años habría que sumarles otros tres por un delito de tenencia ilícita de armas para cada una de las acusadas. 

Para Raquel Gago, el fiscal ha propuesto tres alternativas para que «sea condenada», porque está «convencido de su implicación en el crimen». La primera alternativa sería la misma que la de Montserrat González y Triana Martínes. La segunda pasa por condenar a Gago y a Martínez a doce años de prisión como cómplices de asesinato. Y la tercera, por que la policía sea condenada a tres años de prisión como encubridora de asesinato. En los dos últimos casos habría que sumar otros tres años por el delito del tenencia ilícita de armas para cada una de las tres acusadas.

Fernández ha insistido en varias ocasiones en que, con estas opciones, lo que pretende es «darles otras posibilidades a los miembros del jurado» para que las tres acusadas por asesinato de Isabel Carrasco sean condenadas. «Sigo pensando lo mismo que al inicio del juicio, y como no quiero que queden absueltas, les doy estas tres alternativas», ha apostillado el fiscal, quien ha proclamado que no puede arriesgarse a que Triana y Raquel queden absueltas. «Para mi, las tres han cometido los delitos de asesinato, atentado y tenencia ilícita de armas, porque las pruebas que aquí se han sustanciado así lo indican», ha remarcado Fernández.

No obstante, ha señalado que para la rebaja de la pena por un asesinato ha tenido en cuenta como atenuante de reparación del daño, la consignación que Montserrat González y Triana Martínez han hecho de 77.622 euros como indemnización a la hija y a la pareja de la víctima.

El fiscal ha llamado la atención del jurado sobre la «incongruencia» de las declaraciones de las acusadas y ha advertido de que, desde el principio de la vista, quedó claro que Montserrat González ha querido asumir toda la culpa para exculpar a las otras dos acusadas. Pese a ello, ha insistido en que considera que la participación de Triana y Raquel en el asesinato «es clara» como apuntan las numerosas pruebas analizadas durante el juicio.

Fernández ha sostenido que Montserrat, Triana y Raquel se pusieron de acuerdo para matar a Isabel Carrasco y «todas tienen la misma responsabilidad». Para ello, las tres planificaron el crimen, hicieron seguimientos a la dirigente política del PP, y realizaron búsquedas en Internet para comprar el arma que acabó con la vida de Isabel Carrasco.

Según el fiscal, carece de toda credibilidad la nueva declaración de Montserrat en el juicio en la que afirma que tiró el bolso con el arma en un garaje y que allí lo recogió su hija. Ha insistido en la culpabilidad de Raquel Gago porque «no se puede creer» lo que ha declarado en el juicio. «¿Qué hacía esperando junto a su coche en la calle Lucas de Tuy el día del crimen?» se ha preguntado el fiscal, quien no ha dudado en responder que estaba esperando a su amiga Triana para esconder el arma homicida.

También ha llamado la atención sobre que no dijera a nadie que estuvo tomando café con Montserrat y su hija el día del crimen y que el encuentro con la segunda minutos después del asesinato fuera casual.

Raquel Gago: «Soy inocente»

J.Casares | EFe

La policía local Raquel Gago ha proclamado que es «inocente» al ejercer su derecho a decir la última palabra en el juicio. Visiblemente emocionada y al borde del llanto, Raquel Gago ha insistido en su inocencia en un alegato final de tres minutos en el que ha asegurado que es incapaz de matar a nadie. «Soy inocente. No le deseo ni a Isabel ni a nadie lo que ocurrió», ha subrayado la policía local, que ha señalado que no tiene vida desde que se ha visto implicada en este crimen. «Quienes me conocen, me quieren y han estado a mi lado saben realmente quién soy y cómo soy; los que no me conocen y se atreven a decir muchas cosas, allá su conciencia», ha apostillado Gago.

Triana insiste en el acoso sexual

Triana Martínez ha utilizado su derecho a ejercer la última palabra en el juicio que se sigue contra ella por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco para insistir en que fue acosada sexualmente por la dirigente del PP. Igual que hizo en su declaración en el juicio Triana Martínez ha indicado que fue ese «incidente» el que hizo que cambiase su relación con Isabel Carrasco al negarse a sus pretensiones.

J.Casares | EFE

La acusada ha cuestionado los informes de las médicos forenses que la examinaron y ha denunciado que se hicieron en «malas» condiciones, «con las esposas puestas» y, además, el trato fue «muy borde». Triana Martínez ha añadido que, al contrario, decidió contarle a los psiquiatras contratados como peritos por su defensa el acoso sexual, del que se sentía «avergonzada» y del que sólo había hecho participe a «mamá», ha dicho.

También ha manifestado que le ha dado «mucha pena escuchar a los testigos que han venido a decir mentiras» o que han dicho que casi no la conocían, o que no eran amigos. «También de otros que no han querido venir, que han estado ausentes», ha zanjado. La madre de Triana Martínez, Montserrat González, autora confesa del asesinato de Isabel Carrasco, ha renunciado a su derecho a la última palabra.