Raquel Gago le ocultó a su hermana que había estado con Triana el día que murió Isabel Carrasco

Europa Press

ESPAÑA

J. Casares | efe

Beatriz Gago relata en el juicio la reacción de la policía local cuando encontró el arma homicida en su bolso

04 feb 2016 . Actualizado a las 16:13 h.

La hermana de la policía local Raquel Gago ha relatado este jueves el momento en el que su hermana encontró en el interior de su coche el bolso con el arma que se utilizó para matar a Isabel Carrasco. Según Beatriz, su hermana repetía «¡Esto no tenía que estar aquí, esto no tenía que estar aquí!». Y lo hacía «muy nerviosa» y «con la respiración entrecortada», porque «casi no podía hablar».

Así lo ha explicado esta testigo este jueves dentro del procedimiento judicial por el crimen de la que fuera presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, que sienta en el banquillo a la autora confesa del asesinato Montserrat González, a su hija Triana Martínez, y a la policía local Raquel Gago. 

Beatriz ha indicado que se encontraban ella, su hermana y Lorena, amiga de ambas, intentando introducir dentro del coche de Raquel una bicicleta. Mientras esta intentaba sacar unas garrafas de agua que estaban en el interior de su vehículo, una de ellas se derramó y vertió todo el agua dentro del coche, momento en que Raquel -como así ha sostenido en el juicio- se dio cuenta de la presencia del arma. «Se puso muy nerviosa, se le corta la respiración y dice: ¡cuando vi a Triana!», ha indicado Beatriz Gago en relación a su hermana que, en ese momento, sostenía en sus manos el bolso que contenía el arma homicida. Esto ocurrió 30 horas después de crimen, sobre las 19.30 horas del día 13 de mayo.

Raquel Gago sostuvo en su declaración que Triana Martínez introdujo en su coche el bolso con el arma homicida, minutos después del asesinato, sin que ella se diera cuenta porque estaba «enfrascada» en una conversación con un controlador del aparcamiento regulado. En ese momento, cuando se percataron de la existencia del arma Beatriz le dijo a su hermana: «¡Llama a la Policía, llama a la Policía!» y entonces Raquel llamó a un agente que conocía, Nacho, porque le habían visto en televisión en el puente donde asesinaron a Isabel Carrasco y creía que estaba en el grupo que investigaba el crimen.

Manipularon el bolso

En cuanto a la actuación de los policías de Burgos, Beatriz ha denunciado que manipularon el bolso que contenía el arma homicida. Uno de ellos, ha añadido, «lo tiró por el suelo, lo lanzó donde cayó y allí lo dejó. Lo sacó del coche con un boli, lo enganchó y lo arrojó al suelo», ha insistido.

La hermana de Raquel Gago también ha explicado que sobre las 19.30 ó 20.00 horas del día del crimen de Isabel Carrasco estuvo con Raquel y que le contó que las responsables del crimen eran Triana y Montserrat. «Me dijo, siéntate y te cuento que te vas a caer», ha precisado.

La hermana de la policía local ha manifestado también que Raquel le contó que había estado ese mismo día tomando un café con Montserrat y Triana en casa de esta última, pero que no le dijo que había visto a Triana en torno a las 17.30 horas de ese mismo día, cuando introdujo el bolso que contenía el arma homicida en su coche.

Por otro lado, el abogado defensor de Raquel Gago, Fermín Guerrero, ha mostrado unas fotografías para apoyar su tesis de que el bolso estaba escondido en la parte posterior del vehículo, justo detrás del asiento del copiloto, y que pudo pasar desapercibido. Se trata, ha añadido, de un bolso que «no es rígido» y que «se puede doblar». La hermana de Gago compartió vehículo con Raquel antes de que esta última lo descubriera, pero ocupó el asiento del copiloto. No obstante, otra amiga de ambas, Leticia, sí que sentó en el lugar donde estaba escondida el arma, justo detrás del asiento del copiloto, pero no lo vio.

Alquiler del garaje

Leticia también ha declarado este jueves en la vista. Ha revelado que Triana Martínez, a la que conocía por Raquel, le había solicitado que alquilaran de forma conjunta una plaza de garaje en el paseo Condesa, donde estaba el domicilio de Isabel Carrasco y muy cerca de donde fue asesinada, pero que no dijera nada al propietario de que ella también iba a usarla.

«Triana me dijo que era algo que no se podía decir, pero que era algo bueno, que no me preocupara, que era pasar de algo malo a algo bueno para ella», ha indicado Leticia, que ha añadido que Triana no le dio «más explicaciones», aunque sí «insistía mucho». Leticia ha explicado que no accedió porque pensó que, como era algo que no se podía decir, podría ser «algo incorrecto». Además, ha manifestado que después de conocer la implicación de Triana en el crimen de Carrasco, pensó que «podría tener alguna relación».

Una testigo avala la coartada de Raquel Gago 

Una testigo ha avalado que la policía local Raquel Gago se encontraba cerca del lugar del crimen el día de autos porque quería adquirir unos artículos en su establecimiento. Beatriz Real, propietaria de una tienda de manualidades, ha declarado ante el tribunal que juzga este crimen que por esas fechas el horario de su tienda era muy irregular porque su madre estaba muy enferma ya que se le acababa de diagnosticar un cáncer terminal.

Beatriz Real ha explicado que era «perfectamente normal» que Raquel Gago pudiera estar esperando delante de su tienda un buen rato, incluso más de una hora, porque «ya lo había hecho en otras ocasiones». «Por la enfermedad de mi madre el horario de la tienda era muy irregular y Raquel es tan prudente que ni siquiera me llamaba para no molestar», ha señalado este testigo.

Beatriz Real se ha derrumbado durante su declaración y, entre sollozos, ha afirmado que lamenta que Raquel Gago se siente en el banquillo de los acusados porque ella no abriera ese día la tienda a su hora. «Raquel no debería estar ahí sentada. Todo esto es muy injusto», ha apostillado la testigo.