Debate a cinco: la oposición se alía en censurar a Rueda sin desvelar pactos y evitando chocar entre sí

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN

ELECCIONES GALLEGAS 18F

PACO RODRÍGUEZ

El candidato del PP afea la «Galicia negra» que presentan BNG, PSdeG, Sumar y Podemos, que reprenden al actual presidente de la Xunta que se escudara en «datos falsos»

06 feb 2024 . Actualizado a las 09:28 h.

El único debate con todos los candidatos posibles a ser presidente o presidenta de la Xunta se convirtió en un cuatro contra uno, en buena medida porque el formato que estaba pactado previamente entre los partidos con la CRTVG propiciaba esa situación: se presentaban cuatro formaciones de izquierda que son oposición al Partido Popular. Ese marco no se rompió durante las dos horas de debate en las que BNG, PSdeG, Sumar y Podemos hicieron una censura total al gobierno de Alfonso Rueda, sin una sola concesión, pero también sin cruzarse reproches entre ellos. No hubo tampoco posibilidad de desvelar si tras el 18F habrá un acuerdo y en qué condiciones como alternativa al PP. El único guiño a esta situación la concedió Marta Lois, líder de Sumar, que citó en varias ocasiones la alternativa de un gobierno a tres, que de forma indirecta era una manera de echar a Podemos de la ecuación. Los cuatro afearon al actual presidente de la Xunta que presentara datos falsos y que hiciera ahora promesas que no ejecutó.

A esa propuesta de censura total, Alfonso Rueda respondió defendiendo su gestión desde la llegada del PP en el 2009 y confrontando su proyecto frente al «multipartito» y a la «Galicia negra» que querían pintar desde la izquierda. Se presentó como el único candidato confiable. Intentó también desmontar lo que dio en llamar el «blanqueamento» de Ana Pontón, entendiendo que la candidata del Bloque ha suavizado su discurso para crecer electoralmente. Uno de los principales choques con la nacionalista fue por el idioma gallego en las aulas, recordando Rueda que el BNG incluye en su programa un modelo de inmersión lingüística con un «ensino totamente en galego». También que figura textualmente «o dereito de autodeterminación do pobo galego». «Son vostedes unha sucursal do independentismo», le dijo tras prometer una nueva rebaja fiscal en el impuesto de sucesiones para alcanzar a tíos y sobrinos.

La líder del BNG enfocó el debate como una suerte de cara a cara con Rueda, esquivando cualquier referencia al resto de partidos, como si no estuviesen en el plató —pese que Lois le censuró que votaran contra la reforma laboral—, presentando sus propuestas como «presidenta» y comprometiendo una batería de medidas como la recuperación de la gratuidad de los libros de textos —rivalizó en esto con el socialista José Ramón Gómez Besteiro—, un plan de choque sobre la sanidad, o la reclamación de la gratuidad y rescate de la AP-9, que será, dijo, lo primero que le pedirá a Pedro Sánchez si gobierna. «É o momento de apostar por un tempo novo frente a un goberno esgotado», dijo.

Besteiro tiró por una vía intermedia, la de presentarse como un «galeguista útil» que sirve de enlace con el Gobierno central que, enfatizó, entre otras medidas ha subido el salario mínimo y también las pensiones, con el voto en contra del PP. «Señor Rueda, que lle fixeron os xubilados galegos para non aprobar esa suba?», le afeó al candidato popular. La gestión de las residencias públicas fue el principal choque que tuvo con Alfonso Rueda, y también la gratuidad de las matriculas universitarias, un tema que ha rescatado el PP en campaña y que los socialistas, dijo, ya presentaron y amplían a los másteres.

Marta Lois, que como Besteiro se estrena en la arena política autonómica tras bregarse en el Congreso, fue la única contundente al hablar de un cambio en Galicia que tendría que pasar necesariamente por un tripartito, y apeló a que esa mudanza en San Caetano será únicamente con Sumar dentro. «Merecemos un goberno que diga si, que mire cara adiante», apostó, haciendo numerosas referencias al trabajo de los ministerios de su partido en la coalición PSOE-Sumar de Madrid, y afeando a Rueda la situación de la sanidad tras la manifestación del domingo, otra coincidencia con BNG y PSdeG.

Isabel Faraldo fue la invitada más outsider en el debate, por la escasa proyección pública que tiene, como ella misma admitió. Se presentó la aspirante de Podemos como la única garantía de hacer políticas «de esquerda de verdade» y reclamó insistentemente un compromiso a PP y PSOE para intervenir Alcoa, con escaso éxito, porque no obtuvo respuesta. Quizá porque el formato de debate con tiempos pautados no invitaba a las réplicas, un corsé de este tipo de encuentros del que escaparon los cinco en contadas ocasiones y que dio los únicos momentos de tensión, enfocados siempre desde los cuatro de la oposición hacia Alfonso Rueda. Ese cuatro contra uno que se preveía desde antes del arranque y que no se rompió.