Los guiños proliferan, con el voto favorable del gobierno a las mociones de CxL, en un acercamiento que puede llevar en el futuro a una integración
02 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En estos tiempos de vorágine en la política nacional, con los ramalazos de rigor en cascada en lo autonómico, provincial o local, de incertidumbre sobre el trasfondo de esa regeneración democrática preconizada por Pedro Sánchez, sin duda que la palabra sintonía desentona. Ni encaja ni se la espera, cuando hablamos de diálogo entre partidos o de consensos en pos del bien común. Quizás por ello, visto con perspectiva, a muchos les extraña el momento que se vive en Lalín. Si siguen los plenos de este mandato seguro que ya habrán llegado a parecida conclusión. El PP ya solo confronta con PSOE especialmente, en el remedo municipal del pugilístico choque en Madrid, y con el BNG, la fuerza ahora con más peso en la oposición autonómica. ¿Y Compromiso? ¿Qué ocurre con el principal partido del otro lado?.
La primera reflexión en el análisis de la vida municipal obliga a retrotraerse a mayo del 2022. El Concello organiza un viaje institucional a Argentina, con actos en Buenos Aires o en Chascomús, donde se bautizó con el nombre de Lalín un paseo. Hasta el otro lado del charco se desplazaban el regidor, José Crespo, y el líder de la oposición, Rafael Cuíña. Ambos participaron codo con codo en actos institucionales, compartieron horas y vivencias. Seguro que también muchas conversaciones sobre política, a un año de la nueva cita electoral.
Ese viaje a tierras argentinas puede calificarse como el primer punto de inflexión en la relación entre Crespo y Cuíña, PP y CxL. Tras el mandato del cuatripartito donde los populares buscaron sangre hasta en vía judicial, Compromiso había mantenido en su regreso a la oposición una línea crítica pero sin llegar a extremos. Un posicionamiento que se fue suavizando con el paso de los meses, con algún que otro altibajo. Subía un poco el tono, lógico, en las semanas previas a los comicios de mayo del 2023. Pero ni las tensiones propias de las urnas apagaron esa llama, ese acercamiento de posiciones entre ambas fuerzas políticas.
El 28M no generó desgaste
El resultado aquel 28M lo recordamos todos: el PP reforzó su mayoría absoluta y CxL se mantuvo como principal fuerza en la oposición. Casi un año después, echando la mirada atrás, se puede constatar que las discrepancias antaño casi insalvables brillan cada vez más por su ausencia entre ambos partidos. Si nos atenemos al principal foro y accesible a todos, es decir, los plenos, apenas hay surgen debates protagonizados entre políticos de PP y CxL al margen de alguna situación muy puntual. Los guiños son constantes,
in crescendo
. Y como muestra, un botón. Compromiso logró el respaldo a todas las mociones que ha presentado en lo que llevamos de mandato. Otra cuestión es que se materializasen sus propuestas o por ahora estén aparcadas y pendientes de ponerse en marcha.
Otro hito en ese camino antaño perpendicular y que ahora parece converger en un punto aún por definir lo encontramos en el respaldo de Compromiso por Lalín a la Axenda Urbana, incluida la controvertida Gran Praza, denostada desde PSOE y BNG. Rafael Cuíña participó en la elaboración del documento y se integró en la comisión, siendo uno de los ponentes hace unos días en un acto público en torno a esta herramienta para determinar el presente y futuro de Lalín.
Algunas voces ya observan detrás de todos estos guiños, acuerdos y hechos prolongados en el tiempo algo más que la concordia fraguada en Argentina entre Crespo y Cuíña. Auguran un paso más, sin duda el que supondría cierta lógica aunque el estampido sería de traca valenciana: la posible integración de CxL en el PP. Precedentes hay en Galicia de fuerzas centristas galeguistas que acabaron bajo las siglas populares. Paraguas que daba cobijo a Rafael Cuíña en sus primeros pasos en política de la mano de su padre, aunque después buscase un camino propio con Compromiso por Galicia, del que fue fundador.
Dicen que la vida, y más en política, da muchas vueltas. En un panorama de pactos al borde del desatino, esa integración de CxL rechinaría más bien poco. Un bloque que sería realmente poderoso, con 16 de 21 concejales. Pero, aún, hablamos de política ficción. Cada vez más real, eso sí.