Ruud acaba con su maldición coronándose en el Torneo de Barcelona ante Tsitsipas

Enric Gardiner COLPISA

DEPORTES

Enric Fontcuberta | EFE

El noruego gana su primer título de categoría 500 y eleva a ocho las finales perdidas por el griego

21 abr 2024 . Actualizado a las 19:15 h.

Lo de Casper Ruud tenía difícil explicación. El noruego es un tenista que ha sido finalista de grand slam en tres ocasiones, habitual del top 10 y que estuvo a un set de ser número uno del mundo, logro que evitó Carlos Alcaraz en el Abierto de los Estados Unidos del 2022. A sus 23 años, Ruud tenía un palmarés con diez títulos, pero con la curiosidad de que todos eran de categoría 250, la más baja del escalafón de la ATP. Había perdido siete finales en torneos superiores, incluidas dos de Roland Garros y otra del US Open, así como dos de Masters 1.000 y una del torneo de maestros.

Tenía una maldición con los torneos grandes y este domingo se pudo quitar al fin la presión. Derrotó a Stefanos Tsitsipas en el Torneo de Barcelona (7-5 y 6-3) y atrapó el primer ATP 500 de su carrera deportiva. Se alarga, eso sí, la mala fortuna de Tsitsipas con este tipo de torneos. Y es que el heleno ha jugado ocho finales de ATP 500 y las ha perdido todas.

El griego, bien escoltado por su padre, que ejerce de entrenador en la grada, se puso con la iniciativa en una Barcelona que esperaba a Rafa Nadal o Carlos Alcaraz en un domingo de final. Desde el 2005, el balear solo ha faltado a la cita en seis ocasiones, mientras que las últimas dos habían acabado con Alcaraz campeón. Con los dos fuera, Nadal por caer en segunda ronda contra Alex de Miñaur y Alcaraz por unas molestias en el brazo derecho, Barcelona echó de menos a sus campeones, pero aun así llenó la pista Rafael Nadal para dirimir al campeón.

Revancha

Tsitsipas golpeó primero, con un juego ofensivo que desdibujó a un Ruud aún con el recuerdo de lo que ocurrió la semana pasada en Montecarlo, cuando el heleno triunfó sobre él en el Principado. Tsitsipas es un experto en Mónaco, donde ha ganado tres títulos, pero Barcelona no es desconocida para el griego y había alcanzado tres finales, dos perdidas ante Nadal —una de ellas con punto de partido a favor— y otra ante Alcaraz.

Su inicio, con 3-1 arriba, hacía presagiar que por fin iba a cambiar su suerte, pero en cuanto Ruud entró en el partido, Tsitsipas se vino abajo. El noruego empató hasta el 3-3 y se puso en disposición de ganar el set con 5-6, cuando al griego le tembló el saque. Se precipitó con dos subidas a la red innecesarias y Ruud estuvo atento para pasarle. En la segunda, con pelota de set en contra, el de Atenas estrelló la volea en la red y concedió el set.

A partir de ahí, Tsitsipas se diluyó. Su combate en el segundo parcial se redujo a evitar perder por 6-1 y a arengar al público cuando creía que aún tenía alguna opción. Pese a que maquilló hasta el 5-3, Ruud se desquitó de sus miedos y sus fobias y por fin se hizo mayor en el circuito. El noruego puede presumir de una vez por todas de tener un título superior a los 250 en su palmarés. Sucede a Alcaraz en la lista de ganadores y, con una final en Montecarlo y título en Barcelona, además de las dudas de Novak Djokovic y el murciano, se posiciona como uno de los favoritos para París, donde ya alcanzó dos finales.