Un último clásico entre Ancelotti y Xavi pleno de contrastes

José Manuel Andrés COLPISA

DEPORTES

Xavi Hernández y Carlo Ancelotti durante el partido de la primera vuelta de Liga disputado en el Lluís Companys.
Xavi Hernández y Carlo Ancelotti durante el partido de la primera vuelta de Liga disputado en el Lluís Companys. QUIQUE GARCÍA | EFE

La supervivencia blanca ante el City y el descalabro azulgrana contra el PSG marcan la situación de los banquillos en un duelo que puede sentenciar la Liga

19 abr 2024 . Actualizado a las 19:31 h.

El clásico de los contrastes sirve de epílogo a la rivalidad entre Carlo Ancelotti y Xavi Hernández al mando de los banquillos de Real Madrid y Barcelona, los dos gigantes del fútbol español. El italiano se ha ganado a pulso una renovación hasta 2026 que rubricó en diciembre, antes de sostener un paso en Liga casi imposible de seguir para cualquier perseguidor, conquistar la Supercopa de España en Arabia Saudí y alcanzar las semifinales de la Liga de Campeones, su suelo como técnico madridista en cinco incursiones en la mejor competición de clubes del mundo.

Viento en popa a toda vela para el técnico italiano, que tiene a tres partidos de distancia la que sería su quinta Liga de Campeones, un título que consolidaría su lugar en el trono del palmarés del torneo más prestigioso. Sería la tercera en el banquillo blanco, un hito con el que igualaría a Zidane, que fue en su momento su discípulo en Chamartín. Atrás quedan los cantos de sirena de la selección brasileña y cualquier duda sobre una gestión táctica y humana del vestuario incuestionable, pues Ancelotti es tan querido entre sus futbolistas como desde los despachos del club.

«Este es el Madrid del Madrid. Yo soy parte de este grupo. Estoy muy orgulloso. Este equipo tiene un compromiso extraordinario, que se ha forjado esta temporada con las lesiones del principio», valoró Ancelotti tras el sufrido triunfo en los penaltis contra el Manchester City, cuando se le preguntó por su sello personal en este equipo y sus triunfos, que pese a la humildad del italiano quedarán ligados a su figura, cada vez más gigante en los banquillos.

Mientras, en la Ciudad Condal, la planta noble del Barça conoce desde hace tres meses la decisión de Xavi para dejar el club una vez acabe la temporada, firme intención que se puso en duda a medida que el Barça iba enderezando el rumbo hasta consolidar el segundo puesto liguero a la zaga del Madrid y progresaba en la Champions, donde soñó con las semifinales hasta el descalabro contra el PSG en Montjuich el pasado martes.

El duro golpe ante el campeón francés ha supuesto un auténtico baño de realidad para el Barça y ha diluido cualquier conjetura sobre la continuidad de su técnico. Queda por ver el alcance de aquella intención de convencer a Xavi para su continuidad que Rafael Yuste, vicepresidente deportivo del club, manifestó hace pocas semanas. El entrenador refrendó su postura tras la derrota ante el PSG. Las propias dinámicas del fútbol, tan resultadista y sensible a los cambios de tendencia, hacen pensar que esta etapa está cerrada a la espera de concretar el sustituto.

Entre los méritos del que fuera uno de los mejores jugadores en la historia del club figuran la conquista de una Liga y una Supercopa en tiempos de vacas flacas en Can Barça. También ha enfrentado las estrecheces económicas con una apuesta decidida por la cantera que deja la explosión de talentos como Lamine Yamal o Pau Cubarsí, patrimonio del club junto a miembros de otra generación anterior plagada de talento de la que forman parte Pedri o Gavi.

A todos esos diamantes en bruto se refería Xavi cuando en la rueda de prensa posterior al partido frente al PSG habló una vez más de «un equipo en construcción». «Lo volverá a intentar el Barça », añadió en relación al crecimiento de los jóvenes para a corto plazo optar de nuevo a conquistar una Champions, en un primer análisis desde fuera. Por lo pronto a Xavi solo le resta la complicada misión de conquistar el Santiago Bernabéu para reducir la distancia con el Madrid a cinco puntos con seis jornadas por delante y 18 puntos en juego. Si no lo consigue el final de su etapa llegará con varias semanas sin nada en juego, muy propicias para las cábalas sobre el futuro del banquillo azulgrana.

Balance equilibrado

Al menos conoce el camino que lleva a los tres puntos en Chamartín. A orillas de La Castellana vivió uno de los mejores momentos de sus casi tres campañas como preparador azulgrana. En su segundo clásico en el banquillo culé, el 20 de marzo de 2022, el técnico catalán conquistó el feudo del eterno rival  con un 0-4 que ilusionó en Can Barça con un cambio de tendencia que finalmente no se ha producido.

Aquella Liga la tenía encarrilada el Madrid, que vistió de un negro muy simbólico en su estadio, pero lo cierto es que los hombres de Ancelotti acabaron alzándose también con la Champions en París ante el Liverpool. Otra cosa fue lo del campeonato siguiente, el del curso 2022-23, en el que el Barça de Xavi entonó el alirón haciendo apología de una resistencia defensiva no tan vinculada a la tradicional filosofía futbolística culé. Xavi regreso al Bernabéu pero esta vez cedió 3-1, tomándose cumplida venganza en el último clásico liguero en el Camp Nou hasta hoy, con victoria local (2-1) rubricada por un gol al final del partido de Franck Kessié.

La victoria del Real Madrid en el clásico liguero de esta campaña en Montjuich (1-2), con un doblete decisivo de Jude Bellingham, igualó el cara a cara entre Ancelotti y Xavi en el torneo de la regularidad y concede a este duelo que puede dejar sentenciado el campeonato si el Barça no gana la opción de un desempate definitivo.

También la Copa del Rey ha sido escenario de este particular cara a cara entre Ancelotti y Xavi, con la semifinal de la temporada pasada en la que curiosamente el Barça empezó golpeando en Chamartín (0-1), pero en cuya resolución el Madrid devolvió a domicilio el varapalo del curso anterior en la Liga (0-4). Las dos últimas finales de la Supercopa de España (4-1 para el Madrid este año y 1-3 para el Barça en 2023), además de la semifinal de 2022, que acabó teñida de blanco en la prórroga (2-3) y supuso el debut de Xavi como técnico en los clásicos, dejan el balance total en un 5-4 a favor del italiano justo antes del décimo y último mano a mano en el contexto del choque entre gigantes.