El triunfo del club más singular

DEPORTES

Julio Munoz | EFE

07 abr 2024 . Actualizado a las 20:08 h.

Cuando existe un club en el mundo que es capaz de condicionar una campaña electoral es que tiene algo especial. Pero no en un momento puntual de su historia, sino desde su creación. Ese es el Athletic Club de Bilbao, el más singular entre los singulares.

Cada triunfo del conjunto bilbaíno es una lección para el resto del planeta fútbol. Muchos vaticinaron que con su modelo de toda la vida no tendrían futuro y que sus días de gloria se habían quedado en las cintas en blanco y negro. Pero los leones le hicieron caso a su corazón y no alteraron ni un ápice su hoja de ruta desde el año 1898, en el que está datada su creación. Ni cuando el fantasma del descenso acechó de un modo real en el año 2007.

Ellos siguieron a lo suyo, fabricando futbolistas en Lezama, pero con un gen competitivo que muy pocos pueden imitar. Porque puede que hayan tenido años de calidad escasa y otros con una media de edad que ponía en duda el relevo, pero siempre se mantuvieron en pie a base de casta y coraje. Y de paciencia y de saber encajar las derrotas. Porque, para ganar el título del sábado, antes tuvieron que perder sus últimas seis finales de Copa e incluso una final de la Europa League en la época de Marcelo Bielsa.

Por eso 40 años después volvieron a subir a lo más alto del Olimpo balompédico aprovechando una buena generación de peloteros con un superclase como Nico Williams a la cabeza. Ya son 24 títulos de Copa, una cifra que solo supera el Barcelona a lo largo de la historia. Por eso Vizcaya entera estalló de alegría en la media noche del sábado y ahora espera que la gabarra suelte amarras casi medio siglo después.

Y como todos los de Bilbao siempre piensan a lo grande, el mítico Iribar ya quedó con el Rey de España para la próxima edición: «Hasta el año que viene», le espetó al monarca. Como Piru Gainza hacía en su día.