Jon Rahm reivindica la comida vasca en la clásica cena del Masters de Augusta

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Jon Rahm celebra el título en el Masters de Augusta
Jon Rahm celebra el título en el Masters de Augusta JOHN G MABANGLO | EFE

Pimientos verdes de Guernica, jamón, chistorra, pinchos con trufa, ensalada de Txangurro y chuletón son algunas de las especialidades españolas que incluye el menú del golfista

20 mar 2024 . Actualizado a las 11:15 h.

Uno de los grandes momentos de la semana del Masters de Augusta se produce a menos de 48 horas de que arranque oficialmente la competición. La noche del martes, en la Casa Club del Augusta National, se sirve en honor del campeón de la edición anterior una cena a la que están invitados todos los jugadores que han conquistado alguna vez en su carrera la famosa Chaqueta Verde. Un encuentro de un carácter muy familiar y cercano en el que el vigente campeón es el encargado de preparar el menú del que disfrutarán el resto de ganadores del Masters.

Pimientos verdes de Guernica, jamón, chistorra, pinchos con trufa, ensalada de Txangurro y chuletón son algunas de las especialidades españolas que incluye el menú preparado por Jon Rahm junto al chef José Andrés para la cena que ofrecerá antes de la defensa de su corona en el Masters de Augusta.

El golfista de Barrika, que hizo historia en el 2023 al hacerse con la icónica chaqueta verde del Masters, repasó en una rueda de prensa virtual el menú que preparó para la cena previa a la competición en el Augusta National Golf Course, con algunos de los platos que comería si estuviera «en casa».

La carta incluye anchoas, pimientos verdes de Guernica, lentejas, pinchos con trufa, huevos revueltos, ensalada de Txangurro, aceitunas, jamón, chorizo, lomo, chistorra, croquetas, chuletón, pescado blanco, así como milhojas de postre, todo acompañado por una selección especial de vino blanco y tinto de su zona. «Era el vino favorito de mi abuelo y es el favorito de mi padre. De hecho me regalaron una edición especial de 1994 que lanzó el Athletic Club, que coincide con el año de mi nacimiento, y lo tengo guardado en casa en un lugar especial. Para mí esa botella es como si tuviera las cenizas de mi abuelo, siempre que la veo me acuerdo de él», ha confesado

«Llamé a José Andrés y en diez segundos me hizo el menú. Yo le dije "mete esto", fue una llamada muy rápida y me dio el mejor consejo, "haz el menú, haz la cena que tú quieras para ti mismo como si estuvieras en casa"», contó Rahm.

«Y es lo que hice. Son cosas tradicionales. Son cosas que a mí me gustan. José tomó las riendas, no le voy a limitar en nada, pero sí que me dio ese consejo. Que no pensase en lo que va a gustar más, sino en lo que me gustaría a mí», agregó.

Con tono de broma, Rahm avisó a los invitados de que el chuletón se debe comer «poco hecho» y que quienes lo pidan más cocinado recibirán «unas miradas raras».

«Normalmente no tengo problemas hablando en público, pero la idea de levantarme y tener a todos mirándome y hablar a estos campeones, es un poco preocupante. No voy a preparar una charla, voy a ir con lo que me salga. Hablaré desde el corazón, y normalmente es lo que hace los mejores discursos. Un par de vasos de vino me ayudarán con esa charla», dijo al enfocarse en el discurso que dará en la cena. 

Del «Made in USA» a la «Spanish dinner»

Esta cena ya es una tradición anual instaurada en 1952 por Ben Hogan. En los últimos años hemos podido ver menús completamente distintos donde la mayoría de golfistas apuestan por hacer un homenaje al país de donde proceden.

El año pasado fue el turno de Scotti Scheffler. El golfista nacido en Estados Unidos hace 26 años apostó por un menú muy americano con hamburguesa con queso acompañada de maíz y jalapeño, gambas ligeramente empandas y sopa de tortilla (azteca).

En el 2011, por ejemplo, Phil Mickelson quiso honrar al fallecido Severiano Ballesteros, ganador dos veces de la chaqueta verde (1980 y 1983) y eligió: gazpacho, paella, solomillo de ternera con queso manchego, tortilla de patatas y, de postre, tarta de manzana con helado.

Entre los campeones, recuerdan también con cariño la barbacoa texana elegida por Spieth o los manjares argentinos que ofreció Ángel Cabrera. Es casi imposible que coman mal, aunque no siempre todo está al gusto. Nicklaus en 1989 le hizo el feo a Sandy Lyle y huyó de la casquería escocesa que propuso.