Julia Benedetti: «El skate sigue siendo un hobby, lo principal es estudiar»

DEPORTES

PAULO ALONSO

La patinadora coruñesa, que cursa con 19 años Ingeniería Matemática, se encamina a un hito, ser la gallega más joven en ir a sus segundos Juegos

18 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

A sus 19 años, Julia Benedetti (A Coruña, 2004) persigue sus segundos Juegos Olímpicos. Eligiendo su propio camino, encarrila un hito de precocidad que no había conseguido antes ninguna deportista gallega. Compite en la élite mundial, pero cuida al máximo sus estudios de Ingeniería Matemática en la Complutense; está becada en la residencia Joaquín Blume de Madrid como externa, aunque prefiere empaparse de la vida universitaria en una residencia fuera; disfruta con el skateboarding —uno de los deportes urbanos que repite en el programa olímpico este próximo verano—, pero relativiza el valor de los éxitos: «Yo lo que quiero es pasármelo bien», comentaba hace unos días mientras otros compañeros entrenaban bajo el penúltimo sol de invierno en el Centro de Alto Rendimiento, una burbuja, la de los deportistas, los resultados, las marcas, que prefiere evitar: «Me va mejor así».

Benedetti, que ya acudió al Mundial absoluto de Nankín, en China, en el 2018, con solo 14 años, encarriló luego con 15 su clasificación olímpica para Tokio cuando esos Juegos se iban a disputar en el 2020, antes de la pandemia. Ninguna gallega se había clasificado tan joven. Pero el aplazamiento del evento hizo que los disputase 12 meses más tarde. Con naturalidad y el cariño de una familia que solo quería su tranquilidad, gestionó aquel revuelo mientras avanzaba entre la ESO y el Bachillerato.

Hoy, ya habituada a los viajes por todo el mundo, tiene encarrilada su segunda clasificación olímpica después de alcanzar las semifinales en la prueba del circuito mundial en Dubái. Un resultado que la sitúa en el puesto 27 del ránking, que computa los campeonatos disputados desde junio del 2022. El complejo proceso de clasificación para los Juegos, que ajustará los cupos máximos por país y continente tras las pruebas de primavera en Shanghái y Budapest, sitúa a la coruñesa muy cerca el billete a la plaza de la Concordia de la capital francesa. Allí se celebrarán las competiciones de skate, ciclismo BMX, baloncesto 3x3 y break dance en París 2024.

«Quiero ir, por supuesto, pero también tengo claro que no es una obsesión; si no me clasifico, no será un drama. Antes me ponía más nerviosa, me agobiaba, pero de eso también he aprendido. No puede ser que algo bueno se convierta en algo malo», razona Benedetti. Con ese enfoque, París 2024 supone un premio. «Para mí el skate sigue siendo un hobby, no es una profesión; para mí lo principal es estudiar», comenta sobre un deporte con un gran impacto en la cultura urbana, pero en el que hay solo un puñado de atletas que vivan de los resultados de las competiciones.

En Madrid acude a clases por la mañana, come en su residencia, estudia y se marcha a patinar. La parte técnica la realiza con otros compañeros, sin entrenador, aunque ha incorporado el trabajo físico específico, dos días por semana, con un preparador.

Una vez al mes, escucha los consejos de su apoyo de siempre en Maroña Skate, en A Coruña: «No es un entrenamiento rígido. Me da consejos de técnica, para que me salgan los trucos, y me ayuda».

El 6 de agosto, si nada se tuerce, Benedetti competirá en La Concordia con la experiencia de sus anteriores Juegos, aunque estuviesen descafeinados, sin la pasión del público en las gradas por la pandemia. «No los pude vivir como algo tan guay porque al final para mí fueron casi un campeonato más, con la misma gente, sin poder ir a ninguna otra prueba. Vi a algunos deportistas conocidos, Ana Peleteiro, Pau Gasol... pero no tanta. Íbamos del skate park, a la villa, y de la villa, al skate park. Estábamos en Tokio como podía ser Albacete», bromea sobre la prohibición de pisar la calle por las estrictas medidas de control del gobierno japonés durante aquellas semanas. «Por eso también me ilusiona poder ir a París, para vivir unos Juegos de verdad, como me decía todo el mundo, con público».