El rali de A Coruña bate su propio récord de asistencia

DEPORTES

M. M.

La lluvia vespertina no arredró a la multitud que se agolpó en Boedo y en As Encrobas para ver pasar a los bólidos

16 mar 2024 . Actualizado a las 20:43 h.

Además de las fiestas patronales, Ponte Aranga y Boedo tienen una cita anual que los convierte en el centro de atención para decenas de miles de personas: el rali de A Coruña. La pasión de los aficionados por esos tramos míticos de la carrera herculina es equiparable a la que profesan por los pilotos o por los propios coches.

Familias enteras se movilizan para encaramarse a los hórreos, muros, balcones y tejados; para instalarse ladera arriba y tener la mejor perspectiva. Y, a pesar de que pareciese que en los más de noventa kilómetros de cunetas que flanquean los nueve tramos hay sitio para todos, no es así. Y los más fervientes lo saben. Por eso, desde primera hora de la mañana, los mejores puntos de vista están ocupados.

«Cando saín traballar ás sete da mañá, xa había algúns tomando café», apunta Pablo Viaño, desde un margen de la glorieta de Boedo. Acude acompañado de la familia y varios amigos. En realidad, están en casa. «Non imos a outros tramos, pero da gusto ver o ambientazo que temos en Boedo. Vén moita xente e non só somos os veciños. Hai moitos que veñen de moi cedo e xa xantan por aquí», refuerza Tania García.

En muchos casos, el propio evento es el principal reclamo, más allá de la evolución deportiva de la carrera. «Veño por ver o espectáculo, non son de ningún piloto en especial», matiza Pablo Viaño. «Si, si. Somos de Iván, pero non só de Ares, senón de González, que é veciño noso», bromea Tania García. «Botamos de menos que os pilotos teñan que facer a rotonda. Dende que non se fai, baixou bastante a xente. Antes, ata poñiamos un bochinche», explican los asistentes.

Precisamente, Iván Ares era uno de los más solicitados en el parque de asistencia. En el parón largo tras la segunda sección, Vío fue un hervidero. «Todavía no he comido», repetía el piloto de Cambre mientras firmaba autógrafos dirigiéndose al catering de Loxisco en el hospitality más grande del parque de asistencia, el de Ramón García, uno de los patrocinadores principales del campeonato, padre de Santi (que triunfó en el Nacional) y tío de Diego (que compitió siendo menor de edad).

LA CIFRA

65.000 aficionados

La ceremonia de salida del viernes fue un avance de la afluencia de ayer en las cunetas.