Iván Raña y Óscar Pereiro: «Yo no tengo el amor por el deporte que tiene Raña, ni su ilusión por nuevos retos»

DEPORTES

Ramón Leiro

Se conocieron hace casi veinte años y competirán en equipo, por primera vez, en la Vuelta a Ibiza de bicicleta de montaña

18 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«Me llamó desde una cinta, que estaba haciendo 20 kilómetros, para invitarme a que corriera en su ciclocrós y casi me meo encima. Era enero del 2005 y así nos conocimos», recuerda Iván Raña Fuentes (Ordes, 1979) sobre la primera vez que coincidió con Óscar Pereiro Sío (Mos, 1977). Raña, pionero del triatlón, había sido ya el primer campeón del mundo tres años antes. Pereiro vivía entonces su última temporada como profesional en el Phonak, antes del salto al Caisse d’Epargne y de alzarse, en el 2006, con la victoria en el Tour.

La vida de Raña no ha cambiado tanto. Acaba de aterrizar de Argentina. «Hice una carrera en tres días y por las tardes tenía cuatro horas de charla con 50 o 60 triatletas. Yo, parado, no puedo estar. En forma me mantengo, ¿eh? Me marqué un entreno hoy en bici que flipas, hacía tiempo que no me sentía tan bien», cuenta. La rutina de Pereiro ha cambiado bastante más. «Mi vida es diferente, con una familia numerosa [fue padre, por tercera vez, a principios de diciembre] y otras ocupaciones. Todas las semanas viajo, tengo diez o doce trabajos diferentes, me voy organizando. Y yo no tengo el amor por el deporte que tiene Iván, no tengo su ilusión por los nuevos retos. Lo envidio sanamente. No lo hace solo por estar en forma. Disfruta y tiene la motivación para salir cada día a hacer deporte. Yo no. Iván es un alma libre».

Pereiro y Raña, en el podio del II Trofeo Peña Óscar Pereiro, última prueba del Open Caixanova de Ciclocross, en el que se conocieron en el 2005
Pereiro y Raña, en el podio del II Trofeo Peña Óscar Pereiro, última prueba del Open Caixanova de Ciclocross, en el que se conocieron en el 2005 Marta G. Brea

Raña asiente. «Yo entreno todos los días. Y compito. Aunque no gane, todavía puedo ir jugando con los chicos que van delante. Esa sensación de ir a tope, de que me metan el codo al salir de una curva, eso ya me enciende y me alegra el día». Pereiro aparcó esa rutina. «Hubo un tiempo en que salía todos los días en la bici y me decía: ‘pero si no tiene sentido esto, si dejé el ciclismo profesional porque estaba hasta las narices de entrenar’. Me gusta divertirme y me divierto con muchas más cosas. El año pasado, por ejemplo, apenas hice deporte. Estaba asqueado de estar todo el día por un carril bici de Colmenar —reside habitualmente en Madrid— de arriba para abajo. Desde junio estoy en Galicia, porque mi mujer cogió la baja por el embarazo [reside habitualmente en Madrid] y siempre le digo allí a todo el mundo que, para montar en bici, Galicia es Disneylandia. Abro la puerta de casa y tengo un montón de posibilidades. Allí solo haces una ruta, la llegas a aborrecer».

Raña y Pereiro se enredan en batallitas. «Al final, cada uno tiene su vida, y nos cuesta coincidir todo lo que nos gustaría», dice Iván. «Hemos corrido alguna prueba como profesionales de ruta los dos juntos. Hemos salido a entrenar, a correr a pie, hemos ido a cenar, hemos salido de fiesta, hemos hecho muchas cosas juntos estos años. Cuando era profesional, me quedaba muy poco tiempo libre. Recuerdo que nos íbamos a cenar a Santiago, salíamos de marcha y tenía que quedarme a dormir en su casa porque no había manera de volver a la mía. Luego, alguna vez, de levantarnos por la mañana e irnos a comprar unas zapatillas para salir juntos a correr», recuerda Óscar. «Yo soy más reservado, y cuando veo a Pereiro, ya sé que hay liada», sonríe Raña. «Siempre es Iván el que dice ¡Vámonos, vámonos!». Más risas. Quedan para verse en unos días.

Raña y Pereiro, en una plaza de Compostela, en el 2009
Raña y Pereiro, en una plaza de Compostela, en el 2009 Álvaro Ballesteros

«Si me pico con Óscar, acabaremos zapateados por ahí los dos»

«Mientras fue profesional, nunca pude salir a entrenarme en bici con él. Coincidimos en eventos, en carreras, en entrevistas, pero de salir juntos con la bici, como dos colegas, nunca. Por eso lo de Ibiza, para mí, era algo pendiente», dice Raña. Lo de Ibiza es la Vuelta MTB Scott, la prueba de bicicleta de montaña por parejas, que se disputará entre el 29 y el 31 de marzo, en la que se han alistado. «Hemos salido últimamente alguna vez y le tengo tomada la medida. Ya sé dónde flaquea. Es una pena que no sea una carrera de uno contra uno, porque ya sabría dónde atacarle», se ríe Iván.

Con el excapitán del Dépor, Fran, junto a la Torre de Hércules
Con el excapitán del Dépor, Fran, junto a la Torre de Hércules EDUARDO

«Yo prefiero hablar dando pedales. Somos colegas, pero quien pueda va a torturar al otro. Los dos somos muy competitivos», le reta Pereiro. «Si me pico con un tío como Óscar, que no cede nunca, acabaremos zapateados por ahí los dos seguro», se ríe Iván. «Tenemos que entrar en meta juntos, como mucho a un minuto el uno del otro. El que pueda va a ir achuchando al otro hasta que pida papas. Iván está en forma. A día de hoy sería yo. Pero tengo tiempo para darle la vuelta a la tortilla. Llevo diez días saliendo en bici. Me estoy cuidando hasta en la comida. Y dejé de tomar las dos cervezas diarias», advierte Óscar. «Vamos a ponerle un poco de tensión, pero la cuestión es echarnos unas risas», dice Raña. Pereiro asiente. «Cumplimos el objetivo de hacer alguna vez una competición por pareja juntos. Y en una disciplina bastante desconocida para los dos. Lo pasaremos bien, seguro».

«He visto siempre una mentalidad cuadriculada, que necesita que le dé un poco el aire»

Además de competir, Iván Raña dedicó parte de su reciente viaje a Argentina, asumido por un patrocinador privado, a enseñar con su experiencia a jóvenes triatletas. Óscar Pereiro también tuvo su academia de base. «Abrí una escuela, en la que llegué a juntar a más de un centenar de ciclistas menores de 15 años con licencia, pero con la crisis del 2008 y la falta de ayudas, lo acabé dejando. Hubo un momento en el que me cansé de poner dinero de mi bolsillo», lamenta. «Hay que trabajar mucho más la base. Poner medios, poner interés. Los mecenas que había hace años, que se pasaban la vida fuera de casa para captar chavales, ya no existen», insiste Óscar.

Oscar Pereiro e Iván Raña, junto a Estefania Hernandez, Moncho López, Bernardino Gonzalez Vázquez, Antón Paz, David Cal y Ezequiel Mosquera en una cena de Navidad de La Voz de Galicia
Oscar Pereiro e Iván Raña, junto a Estefania Hernandez, Moncho López, Bernardino Gonzalez Vázquez, Antón Paz, David Cal y Ezequiel Mosquera en una cena de Navidad de La Voz de Galicia Oscar Vázquez

Pereiro y Raña cruzan recuerdos y salen a la palestra dos nombres. El de Gerardo Álvarez, presidente del Club Ciclista O Rosal, y el de Horacio Barros, la gran referencia del Club Ciclista Spol de O Porriño. «Horacio me llevaba a las carreras con el maillot de otro equipo. Siempre colaboraba en algo, es un tipo que siempre ayudaba a que el deportista salga», sostiene Iván.

«Hay que profesionalizar la base. Si los que se dedican a criar a los deportistas no están remunerados, es muy complicado que alguien hoy vaya a sacrificarse como lo hacían Horacio o Gerardo. Esa gente dedicó su vida para que alguno de nosotros pudiera cumplir el sueño de ser profesionales. Eso hoy ya no lo ves. No hay chavales de 30 o 40 años entregándose a todos los sacrificios que supone el deporte de base, por amor al arte. Los tiempos han cambiado mucho. La única forma es hacer lo que hizo el fútbol. Que los padres paguen cuotas anuales a los clubes y se profesionalicen, de manera que la gente pueda cobrar por su trabajo», incide Pereiro.

Trece años sin un World Tour

Iván Raña comparte el diagnóstico de Óscar. «Aún tengo la licencia amateur. De hecho, todos los años corro alguna carrera. Pero he visto siempre una mentalidad cuadriculada, que necesita un poco que le dé el aire», reflexiona. «Es bueno que los chavales también hagan gimnasio, aprendan inglés, abran su mente, salgan fuera, aprendan cosas y vuelvan para transmitirlas. Que no sea todo tan cerrado», añade.

«Algo hay que hacer. Date cuenta que, desde que dejé yo Astaná [en el 2010] hasta que Carlos Canal firmó por Movistar [en diciembre del 2023] no hubo ningún otro ciclista gallego en el World Tour». Palabra de Pereiro.