Óscar Pinchi, el testigo gallego de la agresión al árbitro de Turquía: «La cara de miedo de mis compañeros reflejaba que teníamos que salir de ahí»

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«Impacta ver cómo Meler decía que solo quería ir a casa a ver y estar con su hijo, que había nacido hacía solo diez días...», dice el jugador

17 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado lunes, el fútbol turco vivió un episodio lamentable. Al finalizar el partido entre el Ankaragücü y el Rizespor (1-1), el presidente del conjunto local, Faruk Koca, saltó al terreno de juego para agredir al colegiado Halil Umut Meler después de que el cuadro visitante empatase el encuentro en el minuto 97. El mandatario le propinó un brutal puñetazo y, cuando se dolía en el suelo, recibió patadas de varias personas. Óscar García, Pinchi, (A Coruña, 1996), jugador del Rizespor, vivió la agresión en primera línea.

—Han pasado unos días del incidente, seguirá asimilándolo.

—No había visto algo así nunca... Me quedé impactado. Pero sí que es cierto que puede pasar en otros sitios, en ligas de otros países, como en Francia o en España. Gente así la hay en todos los lados. Pueden pensar que los turcos están locos, pero es una acción puntual de una persona que se equivocó. Algo así no puede volver a pasar.

—¿Cómo lo vivió?

—Acaba el partido y no hubo nada importante como para que alguien pudiese estar enfadado. Les expulsaron a un jugador por doble amarilla, la segunda por un codazo claro. Al terminar fui a recriminarle al árbitro que habían perdido mucho tiempo, más del que habían descontado. Mientras que le voy diciendo eso me acerco hacia él y, de repente, alguien pasa por mi lado y le pega un puñetazo. Me quedé alucinando. Cuando tengo intención de ir a separar, porque no le dio levemente, le propinó un puñetazo, vi a otras dos personas a mi izquierda pegándole patadas al colegiado mientras estaba en el suelo. Lo primero que me salió fue apartarme. Había mucha gente en todo el barullo y pensé que era mejor marcharme, a ver si me iba a pasar algo... Fue increíble.

Pinchi, en la parte superior izquierda de la fotografía.
Pinchi, en la parte superior izquierda de la fotografía.

—¿Cómo reaccionaron el resto de sus compañeros?

—Hasta los propios jugadores turcos estaban alucinando. No habían visto algo así en su vida. Tenían la misma cara que yo. Incluso, de miedo y susto, de como que era algo malo y había que salir de ahí. Nos estaban metiendo para dentro de los vestuarios como si fuese peligroso, y eso me dio mucho respeto.

—Desde luego, no deja en buen lugar al fútbol turco.

—A mí me han dicho que esto es la primera vez que sucede. No es algo que pase aquí y solo en este país. En todos los sitios saltan espontáneos, agreden a jugadores... Sucede en un montón de ligas, no solo aquí porque sea Turquía. Parece que el país es malo, pero en realidad están haciendo las cosas súper bien en el mundo del fútbol. Los estadios, los clubes, los jugadores... Todos lo hacen súper bien y es una pena que se manche la imagen por una persona.

—¿Se imaginaba que podrían suspender una jornada de liga?

—No pensé que fuera a pasar, pero la verdad es que lo que ocurrió fue muy grave. Los árbitros con qué cara van a trabajar ahora... Ven eso, que este colegiado hace nada estaba arbitrando en Champions al Madrid y ahora viene a Turquía y le dan un puñetazo y una paliza. Impacta ver cómo decía que solo quería ir a casa a ver y estar con su hijo, que había nacido hacía solo diez días...

«Apedrearon el bus y tuvimos que protegernos en el pasillo»

Con el miedo todavía en el cuerpo, Pinchi y sus compañeros volvieron a vivir escenas difíciles fuera del estadio.

—¿A la hora de abandonar el estadio tuvieron algún tipo de problema?

—Íbamos escoltados por bastante policía y, aún así, nos tiraron piedras al autobús. Nos tuvimos que alejar de las ventanas, agachándonos en el pasillo. Se agrietó el cristal de delante. No entiendo por qué estaba tan enfadada la afición del otro equipo. No era un derbi, un Dépor-Celta (ríe). No era un encuentro en el que se hubiese liado nada. Hubo dos expulsiones, una por su parte y otra por la nuestra. Fue un poco raro. Me impactó que una persona saltase al campo como si hubiesen perdido una liga.

—Más a nivel personal, ¿cómo se está adaptando a la vida allí?

—Me costó un poquito el primer mes. Es todo nuevo, idioma diferente, estilos de juego distintos... Esta liga es más física. Cuando me estaba adaptando tuve una pequeña lesión en el gemelo y tuve que parar un mes y medio. Ahora estoy volviendo otra vez a coger la fuerza necesaria para volver a competir al nivel que requiere la categoría. Estoy muy contento, es un país de lo más normal. Hay gente que me dije: «Irte a Turquía...». Vivo muy bien, mi día a día es agradable, los compañeros tenemos un buen grupo, estoy muy bien con el entrenador también. Se entrena mucho y muy duro. Estoy feliz. Esto son experiencias que, la verdad, es una pena que la gente no las viva. Que no prueben a ir a otras ligas, vivir en otros países, etc. Probar más allá de lo que es España. A veces lo hablo con mi mujer... Si hubiera sabido que estas experiencias son así, me habría marchado antes. Estoy yendo a estadios increíbles, compitiendo con jugadores de primer nivel, todos los clubes tienen a futbolistas conocidos.

—¿Se ve más tiempo en Turquía o intentará probar en otro país el próximo año?

—Por ahora tengo otra temporada más aquí. Después, ya veremos. Me gustaría seguir jugando fuera. Son ligas bonitas.