Verstappen canibaliza otra victoria en México

David Sánchez de Castro

DEPORTES

RAQUEL CUNHA | REUTERS

El neerlandés solo necesitó una buena salida para llevarse con comodidad su decimosexto triunfo del año, con Sainz cuarto y Alonso abandonando por segunda carrera consecutiva

30 oct 2023 . Actualizado a las 08:29 h.

Verstappen se impuso en el Gran Premio de México, con una facilidad abusiva y la sensación de que en cualquier otro universo se hubiera repetido el resultado. Solo necesitó retratar otra vez al poleman Leclerc, que fue tercero y puede dar gracias, con Hamilton segundo tras superar por estrategia y ritmo a los Ferrari. La víctima del buen rendimiento del británico fue Sainz, que finalizó cuarto.

De Alonso, lo mejor que se puede decir es que no tuvo que soportar el bochorno humillante de entrar último en la parrilla. Oficialmente, abandonó porque los trozos de otro coche le afectaron a su coche. La realidad es que Aston Martin ha conseguido transformar un fórmula 1 en un tractor.

Checo Pérez se saboteó a sí mismo. La carrera del ídolo de México acabó en la primera curva. La asunción de que Leclerc o Verstappen le iban a dejar paso franco después de la salida, en la que Sainz se quedó ligeramente por detrás, le costó al mexicano un toque con el monegasco y un vuelo sin motor que supuso la rotura de su Red Bull, un aterrizaje muy fuerte y un temprano abandono que enfrió totalmente el ánimo de la siempre bulliciosa afición.

El incidente dejó claras dos cosas: que los nervios pudieron a un Checo y que Verstappen se iba a quedar sin ningún rival por la victoria. Porque el golpe también afectó a un Leclerc que fue con el alerón delantero roto sin uno de los apéndices laterales hasta el final de la carrera.

Por detrás, tanto Leclerc como Sainz tuvieron que poner la mirada en los retrovisores, ya que Hamilton se convirtió en un rival muy a tener en cuenta. El de Mercedes cocinó a fuego lento su plan para subir al podio, lo que a la postre supuso esperar hasta las paradas, con faroles incluidos en boxes, para jugársela en un undercut. Y le salió bien inicialmente, con un adelantamiento en boxes que sacó a Sainz del podio. Y se produjo el gran golpe de guion de la carrera.

Bandera roja y carrera nueva

Pasando la trigesimotercera vuelta, Magnussen sufrió un fortísimo accidente. Perdió el control cuando pasaba por uno de los pianos de la curva 6. Su suspensión trasera izquierda se partió. No tuvo ninguna posibilidad de evitar el fortísimo golpe contra las protecciones. Mientras la parte trasera, hecha añicos, echaba a arder, el piloto salió por su propio pie.

Se convertía entonces la carrera en una esprint a 34 vueltas, con una nueva salida y una nueva oportunidad. Con todos los coches montando nuevos neumáticos (que no neumáticos nuevos), esta nueva arrancada era vital. Especialmente mirando a Hamilton, que fue el único en partir con medios en el top 5, pero no hubo muchos cambios de inicio. Se quedó por detrás de Leclerc en la resalida, consciente de que eventualmente iba a poder con él, como ocurrió unas pocas vueltas después. Mientras, Verstappen se escapaba de manera imposible de cazar. La carrera quedó vista para sentencia.

Alonso, sin ritmo

La actuación de Alonso solo se puede calificar de terrible. Si en la salida ganó una posición, perdió cuatro de golpe. Se vio no solo adelantado por sus precedentes inmediatos, sino incluso por Sargeant y Stroll. El español llevaba padeciendo penurias con el AMR23 durante todo el fin de semana, con un coche nervioso.

Tanto en la primera como en la segunda salida ganó posiciones para perderlas a continuación, confirmando que ese monoplaza inconducible (su compañero Stroll montó una versión antigua de varias partes aerodinámicas para, al menos, contar con un coche dócil, aunque le costase salir desde boxes) no le iba a traer ni media alegría.

Visto que eso no iba a mejorar ni con suerte, acabó dejando el coche en boxes. Por segunda carrera consecutiva, Alonso decía adiós a su participación en una carrera, con el extra de que Norris también abandonó, en su caso por un toque con Bottas. La excusa para Alonso es que le afectaron los trozos de otro coche accidentado, pero tanto da. Poco más podía hacer el español en este fin de semana, solo esperar a que acabara. Y, ya de paso, el 2023. Porque, pese a que ha sido el mejor en cuanto a podios desde hace una década, no se puede negar que no esperaba acabar tan mal. Ya queda una carrera menos para el 2024.