El esloveno Mohoric gana al esprint la etapa más rápida del Tour

REDACCIÓN / EFE

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ANNE-CHRISTINE POUJOULAT / POOL | EFE

La victoria se decidió en la «foto finish» y el vencedor la celebró con lágrimas

21 jul 2023 . Actualizado a las 18:34 h.

El esloveno Matej Mohoric (Bahrain Victorious) celebró a lágrima viva, tras observar la foto de llegada, su milimétrica victoria en la decimonovena etapa del Tour de Francia, disputada entre Moirans-En-Montagne y Poligny, de 172,8 kilómetros y en la que mantuvo el jersey amarillo el danés Jonas Vingegaard.

En una jornada frenética de principio a fin, con récord de velocidad, 49,1 km/h, Matej Mohoric (Kranj, 28 años) fue el más rápido entre los tres corredores que se disputaron la victoria en Poligny, ganando el pulso con un tiempo de 3 horas 31 segundos y 2 centésimas al danés Kasper Asgreen (Soudal), ganador la víspera en Bourg en Bresse, y al australiano Ben O'Connor (Ag2r). Este trío en fuga los últimos 32 kilómetros desbarató los planes de los esprinters que se metieron en la expedición del día. El grupo de Philipsen, Pedersen, Laporte y Trentin llegó a 39 segundos, y el pelotón del maillot amarillo a 13,43 del vencedor. Vingegaard pasó otra página hacia París, donde le espera la gloria el domingo. El danés mantuvo la diferencia de 7,35 minutos con el esloveno Tadej Pogacar y de 10,45 con el británico Adam Yates, los inquilinos del podio. El español Carlos Rodríguez es cuarto a 12,01 y su compatriota Pello Bilbao sexto a 12,50.

La antepenúltima etapa del Tour, con etiqueta de transición y aroma de clásica rompepiernas, transcurrió al completo por el Departamento del Jura, en la que muchos debían justificar su presencia en la carrera. Nada menos que 11 equipos aún no han celebrado victoria alguna. El pelotón salió disparado de Moirans, pequeño pueblo de apenas 2.000 habitantes, capital del juguete de madera, que reúne en un museo 16.000 piezas de todo el mundo. Un loco inicio rompió el grupo en varios sectores, pero ninguno logró abrir el camino definitivo hasta 50 km de meta, cuando se juntaron delante 36 corredores. Una expedición con todos los interesados en disputar el esprint. Allí rodaban Philipsen, Pedersen, Groenewegen, Trentin ... corredores imbatibles por el resto en caso de llegar todos juntos a la última recta. De ahí que se intentaran «fugas en la fuga», con Campenaerts y Simon Clarke primero y Asgreen, Mohoric y O'Connor abriendo hueco en la subida a la Cota D'Ivory (3a, 3,4 km al 5,9). El trío coronó la tachuela con 20 segundos de adelanto sobre los perseguidores, entre los que se encontraba Ion Izagirre, y 8 minutos respecto al pelotón, que decidió darse un respiro en un día volcánico. La clave estuvo en el descenso. Los tres asumieron riesgos por delante, haciendo imposible la reunificación. Tres contra nueve, entre ellos Philipsen, Pedersen, Trentin y Van der Poel. No hubo manera de echar el lazo a Mohoric, Asgreen y O'Connor, que entraron en los últimos 8 kilómetros en línea recta, sin una curva, la más larga de esta edición del Tour de Francia, con 20 segundos. A 500 metros se lanzó O'Connor, demasiado pronto, por lo que pronto se desfondó. Saltó después Asgreen, por el doblete, pero Mohoric se le pegó a rueda. Ambos llegaron a la vez a meta. Solo la foto de llegada pudo señalar como ganador al esloveno. Lágrimas en meta para el compatriota de Pogacar, un corredor con 19 victorias en su palmarés, entre ellas tres en el Tour, una en la Vuelta y otra en el Giro.