El análisis de Fernando Rey Tapias: el servicio, el resto y la parte mental, algunas de las claves de la final entre Djokovic y Alcaraz

Fernando Rey Tapias

DEPORTES

ANDREW COULDRIDGE | REUTERS

Novak Djokovic y Carlos Alcaraz. El jugador con mejor palmarés de la historia y el joven que todos señalan como el relevo y el gran dominador de los próximos años se enfrentan en la final del torneo británico.

15 jul 2023 . Actualizado a las 17:51 h.

Novak Djokovic y Carlos Alcaraz se enfrentan en Wimbledon, en una final con la que soñaban los aficionados al inicio del torneo. Han demostrado ser los mejores y hoy es el momento de comprobar el vencedor.

Si a priori hablamos de favorito, los números no dejan lugar a dudas: el serbio tiene un palmarés impresionante. A sus 23 grand slams ganados en todas las superficies hay que mencionar los seis años que lleva sin perder en Wimbledon, (10 en la Central), con siete años victorioso, los últimos cuatro de forma consecutiva. Además, tiene una motivación extra: si gana, tendrá la opción completar en Nueva York los cuatro grandes en un mismo año, algo que la era moderna solo consiguió Rod Laver en 1969.

Pero ser favorito no le garantiza a Novak la victoria, porque enfrente va a tener un rival como Alcaraz, que tiene mucho que ganar; es consciente de su potencial para poder superarle (ya le ganó el pasado año en Madrid) y llega a la final en su mejor momento.

El último enfrentamiento de este año en Roland Garros tiene una parte positiva —Carlos anuló el gran primer set de Djokovic, reaccionando y ganando el segundo—, y otra negativa —el agarrotamiento del español en el tercero, producto más de la tensión que del esfuerzo físico—.

La importancia del servicio

Las claves de la final para el español son es seguir sacando y restando tan bien como lo hizo desde el partido de Berrettini, metiendo muchos primeros, y atacando el segundo del rival. Cuenta con el mejor porcentaje de puntos ganados sobre el primer saque del rival, y Nole tiene el mejor promedio de puntos ganados con su primer servicio. El serbio está considerado el mejor restador del circuito, pero Alcaraz ha mejorado mucho este aspecto. En todo caso, la efectividad de los saques y restos será una de las claves más importantes del encuentro.

El juego de fondo

El serbio es completísimo de fondo. No tiene puntos débiles, es un maestro de los apoyos y la anticipación, y cambia los ritmos a su antojo en función del rival y del marcador. El español tiene una gran potencia, es rápido y su derecha es demoledora. Es su principal arma, pero también es en donde más errores comete. Deberá cuidarla en carrera, el lugar que Djokovic buscará para que falle. Para desbordar a un rival tan consistente como el serbio, es obvio que debe arriesgar, pero sin precipitarse; algo fácil de decir, pero difícil de ejecutar. Novak tratará de que los tantos se alarguen, y a Carlos le interesa que sean cortos, salvo que el partido se prolongue y el serbio se fatigue, algo improbable.

Variaciones

La dejada es una de las variaciones de Carlos para romper el ritmo, pero con Novak tiene que hacerlas muy bien, ya que es muy rápido y anticipa extraordinariamente. El serbio también ha mejorado en su ejecución, sobre todo de revés, por lo que el español tendrá que estar atento. Otra de las cualidades de Alcaraz es la volea, mejor que la del rival; pero deberá subir a la red con garantías, porque Nole es un gran pasador.

Aspecto físico y mental

Tanto en el aspecto físico como de moral, ambos llegan en su mejor momento. El valor de los objetivos a lograr no parece dañar la ilusión por conseguirlos. Novak tiene 36 años, pero está impecable. Carlos, con 20, tiene un físico privilegiado y parece mucho más relajado que en Roland Garros, donde los nervios le provocaron agarrotamiento muscular.

El serbio es un maestro de la efectividad y de utilizar la táctica adecuada en cada momento. El español es puro desparpajo en la pista, con un juego impredecible para sus contrarios, por el dominio de todos los golpes.

La experiencia está del lado de Novak, y la juventud, del de Carlos. Lo que sí saben ambos, es que tendrán que jugar su mejor tenis para ganar, y que el aspecto mental, como siempre, será el que prime para la victoria.

Una oportunidad única

Para Djokovic, ganar la final le daría la oportunidad de recuperar el número 1, aumentar el liderazgo de grand slams y poder sumar los cuatro majors en un mismo año, el auténtico Grand Slam.

Para Alcaraz, la victoria le permitiría seguir de número 1, ganar su segundo grande y afianzarse como el mejor de la nueva generación llamada a relevar al Big 3.

Una gran final, entre dos rivales separados por 16 años, pero con la misma hambre de triunfo y en el escenario más tradicional.