¿Es la Honda una moto peligrosa?

Jesús Gutiérrez COLPISA

DEPORTES

CLAUDIO GIOVANNINI | EFE

Una nueva caída de Marc Márquez en el GP de Italia, unida a las lesiones de Joan Mir y Álex Rins, pone el foco en lo fina que es la línea de seguridad de la moto GP japonesa

12 jun 2023 . Actualizado a las 17:30 h.

Honda vive la peor crisis de identidad de su historia en el Mundial de motociclismo, y da la sensación de que todavía no ha tocado fondo. La antaño todopoderosa escudería oficial Repsol Honda hoy es colista en la clasificación de equipos tras haber sumado solo 20 puntos en seis grandes premios. Y lo peor es que ya no es una situación nueva para el gigante de la automoción, que siempre fue la referencia en cualquier campeonato sobre dos ruedas. Desde que se lesionó Marc Márquez en el 2020, la marca entró en declive y va camino de otro año en blanco. Sería ya la cuarta temporada consecutiva penando en el purgatorio. La esperanza, como siempre, la representa el piloto de Cervera, que tantas veces ha suplido con talento lo que le falta a la moto. Un fogonazo un fin de semana es seguido por un desastre los siguientes, en una montaña rusa de resultados que no hacen un proyecto ganador. Así le pasó a Álex Rins en Austin, sin ir más lejos. Su victoria en Estados Unidos parecía augurar una remontada que no llegó, y que en el caso del piloto catalán, desgraciadamente va a tardar tiempo en llegar. Rins se lesionó de gravedad el pasado sábado en la carrera esprint de Mugello. Una fractura de tibia y peroné en la pierna derecha que le obligó a pasar por el quirófano de urgencia y le tendrá en el dique seco una larga temporada.

Esta lesión no es un hecho aislado y ni siquiera se puede achacar a la mala suerte. Es una cuestión de probabilidad. Durante años, Honda ha encabezado los ránkings de caídas. Siempre se decía que sus datos estaban viciados por el estilo agresivo de Marc Márquez, obviando que esa moto ya descabalgó en el pasado, de manera literal, a campeones del mundo como Jorge Lorenzo, Pol Espargaró o Álex Márquez. Y ahora va camino de hacerlo con Rins y con Mir, los dos flamantes fichajes de Honda en el 2023, y que se han dado de bruces con la realidad. Joan Mir tampoco pudo participar en la carrera de Mugello a consecuencia de una lesión en la mano derecha, fruto de una caída durante los entrenamientos libres del viernes. La del balear era la duodécima del año, en solo seis grandes premios, con la que igualaba su temporada con más caídas, en su año de rookie en moto GP (2019). Y es que tanto va el cántaro a la fuente.

A Márquez le preguntaron en Mugello si la Honda era una moto peligrosa, después de otro domingo en el que se quedaba a cero por una caída, cuando luchaba por entrar en el podio: «Si es segura o no, depende de la ambición del piloto. Yo podría estar rodando el diez o el doce y acabar todas las carreras a 15 segundos del ganador, y estaríamos hablando de que es una moto fiable y segura. El tema es que yo no quiero eso y para ello hay que arriesgar». A una vuelta en la calificación se pueden superar los límites. Ahí están los buenos resultados de Márquez en las qualys, pero es prácticamente imposible hacerlo durante las veinte vueltas que puede durar una carrera.

Cualquiera que haya pilotado una Honda reconoce que la línea para que la moto sea efectiva es tan fina que es demasiado fácil salirse de ella y caer. Y este año, incluso llevándola al límite, es difícil plantar cara a las Ducati. El probador de la marca, Stefan Bradl, probablemente el que mejor conoce las interioridades de la moto porque es el encargado de hacer las pruebas de las nuevas piezas, fue muy gráfico en el pasado test de Jerez: «Estamos todo el tiempo en tensión encima de la moto esperando que se nos vaya la rueda delantera, y esto provoca también calambres en los antebrazos cuando estás pilotando».

El de Cervera ya ha levantado la voz en más de una ocasión este año. Las dos últimas temporadas estaba limitado físicamente, pero ahora Marc siente que el cuerpo le responde pero no tiene las armas para volver a triunfar. Hasta ahora, cada fin de semana que se sube a la Honda lo da todo y más, una filosofía que ya avisaba de que podría cambiar: «Está claro que si seguimos así, tendremos que bajar el pistón porque hay muchas posibilidades de que nos volvamos a lesionar». La marca japonesa teme que a su piloto estrella le acabe quemando esta situación. Todavía le queda otro año de contrato, pero ya hay muchas voces que ven a Márquez fuera de Honda incluso en 2024. El último en hacerlo, Jorge Lorenzo, que hace unos días pronosticaba que acabaría en Ducati, algo que desmintió el ocho veces campeón del mundo a su manera. «Jorge fue un gran piloto, veremos si es un gran adivino. Bromas aparte, aún creo firmemente en Honda, tengo dos años con Honda y es mi plan A». Aunque tampoco negó que los años van pasando (el pasado mes de febrero cumplió 30) y que siempre buscará un proyecto ganador. Honda le pide tiempo para dar la vuelta a la situación, pero el tiempo no es precisamente lo que no le sobra al bueno de Marc.