Natxo González, exentrenador del Deportivo: «Uno necesita otra vez estar en el campo y poder disfrutar de su trabajo»

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Descubrió un fútbol muy diferente en sus experiencias internacional en el Tondela y Bolívar

03 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que cerró su etapa en A Coruña, Natxo González (Vitoria, 1966) ha vivido aventuras en ligas extranjeras. Portugal y Bolivia le han servido para llenar su mochila de experiencias y distintos puntos de vista. Con un fútbol diferente al que está acostumbrado, llegó al equipo de La Paz, que luchaba por un hueco en la Copa Libertadores. Los seis meses solo en tierras sudamericanas, le hicieron valorar lo que tenía. Ahora, sin equipo al que entrenar, añora sus días en la banda.

—Tras su marcha del Deportivo, termina en Tondela, Portugal. No había entrenado antes fuera de España. ¿Cómo fueron esos meses?

—Es mi primera experiencia fuera. Los recuerdo bien. En todas las experiencias sacas cosas buenas. Cada experiencia, es una más de vida, tanto a nivel profesional como a nivel personal. Tengo un buen recuerdo de ese año en Portugal.

—Su siguiente trabajo fue mucho más lejos de España, Bolivia... ¿Cómo toma la decisión de marcharse?

—La verdad es que es una locura bien entendida. Terminé en Portugal y ya no pude enganchar nada en España. El director deportivo en Bolivia era español (Javier Recio), y fuimos madurándolo. Al final me lancé a esta aventura, que es una auténtica experiencia de vida. Es otro mundo completamente distinto en lo profesional y personal. Fue una buena experiencia que te permitió ver cosas que quizá no conoces, y valorar todo lo que tenemos.

—El fútbol será bastante diferente en comparación con el de España.

—Hay diferencias… El fútbol es interesante en todos los países. De una manera o de otra hay buenos jugadores. Es verdad que la liga local en Bolivia es muy inferior a la española. A nivel de instalaciones, infraestructuras, está muy por detrás del fútbol europeo en general. El Bolívar quiere seguir creciendo, y está dando pasos para ese crecimiento. También tienes el poder disputar la Copa Libertadores, la Copa Sudamericana...

—Pero al final no lograron disputarla.

—La Copa Libertadores te da acceso directo si quedas entre los dos primeros de la liga boliviana. No fue el caso, porque se quedó tercero la temporada anterior. Para acceder a la fase de grupos, debíamos pasar dos eliminatorias. La primera, contra un equipo uruguayo, la pasamos. La segunda no la pudimos pasar ante un equipo colombiano como es Junior. El no pasar a Copa Libertadores, te da acceso directo a la fase de grupos de la Copa Sudamericana, que es como la Europa League aquí. Visitas países que no conocías… vivencias que se lleva uno en la maleta.

—Llevaría una visión diferente del fútbol. ¿Qué cree que aportó?

—He intentado aportar muchas cosas del fútbol europeo. Lo que ocurre es que cuesta. O yo, por lo menos, he sentido que allí era difícil el poder poner un poco de manifiesto la idea de uno con respecto al fútbol. Allí cuesta aceptarlo. Es un fútbol mucho de ida y vuelta, bastante más desorganizado, sin decir si es mejor o peor. Pero uno intenta implantar allí el fútbol que entiende que es el mejor, y allí cuesta entenderlo. Creen en otro tipo de fútbol.

—A pesar de lo que comenta, ese fútbol le habrá marcado también a usted.

—Me ha aportado que hay otros tipos de fútbol respetables, y quizá que uno tiene que adaptarse allí donde va para poder desarrollar su trabajo.

—Ahora mismo se encuentra sin equipo. ¿Cómo lleva estar este tiempo sin entrenar?

—No es fácil. No sé estar sin trabajar, me cuesta mucho. Los que estamos acostumbrados a competir, a ganar, a perder… con nuestras alegrías de ganar y las tristezas de perder, cuando no lo tienes, te falta. Sí que es verdad que cuando volví de Bolivia me venían bien unos meses con un poquito de desconexión. Me había ido solo, no veía a mi familia desde hacía seis meses… Necesitaba dedicarles un poquito de tiempo. Ahora cuando van pasando los meses, uno necesita otra vez el estar en el campo y poder disfrutar de su trabajo.

—Y a nivel psicológico... ¿cómo se gestiona?

—Trato de estar ocupado. Intento hacer cosas que, cuando uno está trabajando, es más difícil. Dos o tres días a la semana voy a clase de inglés, intento leer… Tienes que ocupar el tiempo, porque si no emocionalmente es difícil.

—¿Ha tenido alguna oferta?

—He tenido algo de fuera otra vez pero, aquí en España, que es donde me gustaría volver a entrenar, no ha habido contacto. Tampoco está habiendo muchos cambios. Y, para que entren unos, deben salir otros. Tranquilidad, y a disfrutar del día a día con lo que tenemos, que es la familia.

En corto

—¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?

—Me centro mucho en el inglés, en ver mucho fútbol y hacer cosas con la familia: ir al cine con mi mujer, ver a mi hijo entrenar...

—¿Qué fútbol ve?

—La que más sigo es Segunda División, principalmente. Primera, menos, y partidos internacionales que me puedan parecer interesantes, algo que me pueda llamar la atención.

—Su última película.

—Estuve hace unos días con mi mujer en el cine. Vimos Way Down.

—Lo que más echó de menos cuando estuvo en Bolivia.

—La familia. Es lo más importante en mi vida. Cuando te vas y estás, en este caso, seis meses lejos de ellos… ¡y tan lejos! Ahí es donde realmente te das cuenta de lo importante que es el apoyo de tu familia, el poder apoyarte en alguien. Eso de poder llegar a casa y poder darle un beso a tu mujer y tus hijos… En el fútbol hay momentos muy duros para un entrenador, y si tienes en casa ese apoyo siempre es bueno.

—Un país en el que le gustaría entrenar.

—Inglaterra me llama mucho la atención.

—Un libro de fútbol.

—Me interesa y leo mucho sobre la inteligencia emocional en el deporte.

—¿Cocina?

—No, no me gusta. Es una de las cosas que quiero aprender. Sé hacer un poquito, las cosas más básicas, porque así lo he tenido que hacer cuando he estado solo. Me gustaría ser capaz de hacer, por ejemplo, una paella en condiciones, que ahora mismo soy incapaz.