La Real Filharmonía trae a Santiago la ópera «A paixón de Simone»

Carlos Portolés
c. portolés REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El compositor Jean-Baptiste Barrière (viudo de Saariaho), la soprano franconoruega Karen Vourc'h (voz principal del concierto) y la directora de orquesta portuguesa Joana Carneiro, en un receso de los ensayos de «A paixón de Simone».
El compositor Jean-Baptiste Barrière (viudo de Saariaho), la soprano franconoruega Karen Vourc'h (voz principal del concierto) y la directora de orquesta portuguesa Joana Carneiro, en un receso de los ensayos de «A paixón de Simone».

La recientemente fallecida compositora de la obra, Kaija Saariaho, fue una de las voces más relevantes de su generación

11 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace menos de un año del fallecimiento de la compositora finlandesa Kaija Saariaho (Helsinki, 1952), una de las voces más claras, solventes y sensibles de su generación, con una extensa obra que comprende más de 140 creaciones. Este jueves, a las 20.30 horas, el Auditorio de Galicia, en Santiago, acoge el estreno en España de una de sus maquinaciones, A paixón de Simone —a la que, dicen, la propia autora tenía un especial cariño.

La ópera narra la vida de otra mujer que dejó su huella impresa en el tiempo: la filósofa, poeta y activista Simone Weil. A través de las notas de Saariaho se desenvuelven los principales acontecimientos de una biografía que estuvo marcada por el sufrimiento. Weil vivió la guerra civil española —llegando a colaborar activamente con la columna Durruti—, estuvo implicada en la resistencia de la Francia ocupada de la Segunda Guerra Mundial y fue una incansable instigadora del movimiento obrero y los derechos del trabajador. Vivió rápido y murió joven —a los 34 años—, como tantas otras figuras extraordinarias.

La Real Filharmonía de Galicia, conducida por la batuta de Joana Carneiro, durante los ensayos de la ópera de Kaija Saariaho «A paixón de Simone» en el Auditorio de Galicia.
La Real Filharmonía de Galicia, conducida por la batuta de Joana Carneiro, durante los ensayos de la ópera de Kaija Saariaho «A paixón de Simone» en el Auditorio de Galicia.

La representación de A paixón de Simone se plantea como un sentido homenaje a Saariaho, hondamente respetada por todos los profesionales de la música involucrados en el proyecto. Así habla de ella Joana Carneiro, que lleva la batuta de este concierto: «Es una pieza muy bonita, pero también profunda y contemporánea, que hace pensar sobre la vida humana. Sobre una santa [Simone Weil] que nos puede ayudar todavía en el presente. Además, es la primera vez que dirijo algo de Kaija sin estar ella en el mundo. La emoción es muy grande. Tengo un gran respeto por ella. Creo que fue una de las voces más fuertes de la historia».

Sobre la música sonarán las voces de la soprano francesa Karen Vourc’h y del cuarteto formado por Ângela Alves, Joana Valente, André Lacerda y Luis Pereira. La narración, hilo conductor de la trama, correrá a cargo de la actriz Inés Salvado.

Antes del arranque, a las 19.45 horas, Carneiro ofrecerá una charla, que abundará en sus impresiones más íntimas sobre una obra relevante para ella, profesional y personalmente. «Me encanta poder traer a Galicia una música que quizás no es tan conocida por el público general, pero que es muy relevante», apunta.

Pero la presencia más especial de todas será la del también compositor Jean Baptiste Barrière, viudo de Saariaho y uno de los mayores divulgadores de su obra. Profundos sentimientos se le despiertan en la entraña cada vez que escucha —ahora que ella ya no está— a una orquesta traer a la vida las partituras de su esposa.

«Es conmovedor e importante descubrir nuevas interpretaciones de esta obra. Pero la directora Joana Carneiro ya ha trabajado muchas veces sobre A paixón de Simone. Entiende la pieza a un nivel muy profundo y la interpreta muy bien. Esta ópera, además, era especial para mi mujer. Es casi un testamento. Ella tenía sentimientos muy fuertes hacia ella. Trató de explorar, a través de la música, la vida y las palabras de una filósofa que mantuvo una cruzada en defensa de sus valores. Es algo realmente único», anota Barrière.

Pero no está todo esto exento de melancolía. Los recuerdos, claro, renacen en él cada vez que se enfrenta a las obras de Kaija: «En el plano personal es un poco difícil para mí escuchar sus creaciones. Pero ella vive todavía a través de su música, y eso es un milagro por el que estoy verdaderamente agradecido».