La historia íntima de Íñigo Quintero, autor de «Si no estás»: una crisis personal durante el confinamiento le llevó a cambiar de rumbo

P. V. LA VOZ

CULTURA

Íñigo Quintero, durante su reciente concierto en los Dial Únicxs de Barcelona
Íñigo Quintero, durante su reciente concierto en los Dial Únicxs de Barcelona Edgar Garrido @edgargarrido_ph

El coruñés de 21 años pasó de cerrar la puerta de su habitación para que no lo escucharan tocar el piano o cantar a actuar ante miles de personas que coreaban al unísono su tema «Si no estás», que suma 5 millones de reproducciones al día. Esta tarde actúa en la alfombra roja de Los 40 Music Awards

07 nov 2023 . Actualizado a las 10:48 h.

Íñigo Quintero ha pasado, en cuestión de semanas, de ser un artista prácticamente desconocido a tener más de 26 de millones de oyentes mensuales en Spotify gracias a su éxito viral Si no estás. El coruñés de 21 años, que hace solo un lustro cerraba la puerta de su habitación para evitar que lo oyeran tocar el piano o cantar, actuó hace dos semanas en el WiZink Center de Madrid frente a miles de personas que se desgañitaban cantando al unísono las estrofas de su tema. Y el viernes pasado cantó en la alfombra roja de Los 40 Music Awards frente a las mayores estrellas musicales del país.

Y, a pesar de las cifras astronómicas —su tema tiene más de 5 millones de reproducciones cada día, lidera las listas en decenas de países del mundo, es ya el tercer artista español con más oyentes mensuales en Spotify tras superar a Enrique Iglesias y un largo etcétera—, Íñigo Quintero, como persona, es todavía una incógnita de la que, poco a poco, información a información, se va arrojando algo de luz. Tan enigmático como el significado real de su tema más famoso. Informaciones recientes sobre su entorno cercano —recabadas por Hola— y sobre el sentido de sus letras —publicadas por Spotify— sirven para construir poco a poco el misterioso puzle que supone el chico coruñés.

Raíces eumesas

Si algo se sabía de Íñigo Quintero, que queda claro desde su fotografía promocional, en la que sale con una sudadera de Pontedeume, eran sus raíces en la localidad gallega. De allí es su padre, donde regenta una conocida farmacia. Su madre es madrileña, aunque el concello fue siempre su lugar de veraneo. Allí se conocieron y, por amor, ella se mudó a tierras gallegas, donde tuvieron a sus nueve hijos —Jorge, Íñigo, Josemaría, Ana, Pablo, Carlos, Bosco, Jaime y Marta—, educados en una familia de firmes convicciones religiosas.

Íñigo vivió en Pontedeume junto a su familia hasta los 12 años, aunque se desplazaba diariamente a A Coruña para acudir al colegio. En la ciudad herculina asistió al colegio concertado Peñarredonda, donde por primera vez recibió clases extraescolares de piano.

La llama de la música

En la familia de los Quintero Dolz del Castellar no había antecedentes de carreras artísticas, ni mucho menos musicales, aunque el padre del chico sí tenía pasión melómana. Desde muy pequeños les introdujo a varios tipos de música, ya fuera clásica o grupos pop como Los Beatles.

En ese ambiente se crio Íñigo, que ya aporreaba un pequeño piano de juguete que le trajeron los Reyes, aunque la música no caló en todos los hermanos por igual. Por el momento, solo él y su hermano pequeño Chema (Josemari) han publicado temas propios en Spotify.

En las clases de piano, sus profesores comentan que el chico tenía buen oído y hacía grandes progresos, pero nunca lo consideraron ningún superdotado en la música. Tampoco tuvo mucha oportunidad de perfeccionarlo, ya que, una vez mudada la familia a A Coruña, sus padres prefirieron que siguiera practicando deportes en vez de inscribirlo al Conservatorio.

Aunque el piano siguió siendo su afición, sería un profesor de la Escuela de Músicos quien le despertó el gusanillo de algo más: la producción de canciones. Ese maestro le enseñó nociones básicas y le explicó cómo funcionaba una mesa de mezclas. Y ese fue el germen de todo lo demás.

El tema de la autoproducción era lo ideal para un chico tan reservado como él, que solía cerrar la puerta para que nadie le escuchara tocar el piano o cantar. A los 16 años empezó a componer sus primeras canciones, y también a versionar a sus artistas preferidos.

Sin duda, lo que se conoce de la personalidad de Íñigo deja claro que él nunca se había planteado —posiblemente tampoco lo hubiese deseado— tener más de 20 millones de oyentes mensuales ni cantar en un escenario, solo, delante de miles de personas, y menos en tan poco tiempo.

Íñigo Quintero, durante su reciente concierto en los Dial Únicxs de Barcelona
Íñigo Quintero, durante su reciente concierto en los Dial Únicxs de Barcelona Edgar Garrido @edgargarrido_ph

Una crisis personal

A Madrid se fue Íñigo a estudiar un doble grado en Derecho y Administración y Dirección de Empresas, pero tras una crisis personal, azuzada aún más por el confinamiento por el covid, decidió cambiar su vida y sus estudios por otros que le motivaban más, y se matriculó en un doble grado de Magisterio y Psicología en la Universidad de Villanueva. En sus años como monitor de campamentos y tutor de tenis había encontrado una de sus vocaciones. Era solo una de ellas, porque en la capital también daría rienda suelta a la otra: la música.

Allí, en Madrid empezó a conocer a compañeros que tenían, como él, pasión por la música. Con ellos compartió gustos y empezó, seguramente, a abrirse más con respecto a sus virtudes musicales.

El germen de «Si no estás»

El chico comenzó a hacer covers de canciones que le motivaban, como Ocean Eyes, de Billie Eilish; Ghost Town, de Benson Boone; The Nights, de Avicii, o Train Wreck, de James Arthur. Ahí ya quedan claras algunas de sus influencias para componer. Y, por primera vez, empezó a compartir estas versiones con sus amigos, subiéndolas a las Stories destacadas de Instagram desde la primavera del 2021.

Fue el primer paso para dar a conocer sus composiciones propias. Y solo un año después, en otoño, concretamente el 23 de septiembre del 2022, decidió subir a Spotify su primer tema propio, Si no estás, que un año después ha hecho historia en la música en España, al convertirse en la primera canción en solitario de un artista español en llegar al número uno de Spotify Global.

Empezó a mover ese tema, compuesto por él mismo, por las radios y los expertos musicales, como el locutor y periodista Arturo Paniagua, que desveló hace solo unos días que el propio Íñigo Quintero le había enviado la canción solo unos días después de publicarla en Spotify.

@ajpaniagua

Pues aquí va mi opinión sobre el fenómeno de @iñigo quintero. En tiempos de virales el artista debe tener muy clara su identidad y su propósito, y además debe ser capaz de proyectar ambas cosas. ¿Qué opinas tú? #IñigoQuintero #SiNoEstás #IndustriaMusical #Musica #MusicaEnTikTok

♬ Si no Estás - iñigo quintero

Meses después, ya en este 2023, también salió recomendada en algún canal de música religiosa, con los que tenía contactos por las relaciones de sus centros de estudio con la Iglesia.

Pero en esos momentos, Íñigo ya daba algún concierto junto a sus amigos, por los que ganaban entre 200 y 300 euros. Y algunas estrellas emergentes, como Inazio o el coruñés Javi Chapela, ya se fijaban en él para recomendarlo. Con este último, incluso llegó a componer su último tema publicado, Sin tiempo para bailar.

En marzo de este año, el chico contactó, recomendado por otro grupo de música, con el sello Acqustic. Y ahí fue cuando su tema, que ya tenía una cierta vida en ciertos entornos musicales madrileños, pegó el gran salto.

Con una estrategia de márketing moderna, el tema se convirtió en viral, todo influencer que se preciara la compartía en sus stories más románticas, y millones de usuarios lo utilizaron en un trend para compartir momentos con sus parejas, tanto en su versión normal como en la acelerada.

Sin cambiar sus planes

El auge de su tema a principios de verano no influyó en los planes de Íñigo. Este verano hizo las maletas y, como tenía pensado, se fue de voluntariado a La India con Cooperación Internacional y los ahorros que había conseguido sacar de sus pequeños conciertos. El año anterior ya lo había hecho en Costa de Marfil.

De regreso a Madrid, para empezar una nueva vida ya fuera del colegio mayor para vivir en un piso compartido con cuatro colegas, el éxito de Si no estás irrumpió de golpe, elevando la canción a las primeras posiciones del ránking mundial de Spotify y llegando a tocar el cielo del número 1. Y ahí, en las alturas de los primeros puestos, sigue, tras haber destronado a todos los temas del nuevo disco de Bad Bunny y a los del último álbum de Taylor Swift, dos gigantes de la industria.

Un mes de octubre que, en sus propias palabras, «ha sido una barbaridad», y en el que, además de actuar en todo tipo de escenarios, también ha aprovechado para escribir nuevas canciones.

Pero su vida continúa. «Con un teclado que le habían regalado bajo un brazo y una guitarra de su hermano mayor con la funda de la cremallera rota colgando del hombro» —según cuenta la revista Hola—, el joven no ha dejado de tener los pies en el suelo.

Conciertos multitudinarios

Con solo cuatro temas publicados, está fuera de cualquier plan inmediato el hacer un concierto en solitario o una gira. Pero el joven ya ha tocado en el WiZink de Madrid o en el Auditori Fòrum de Barcelona, y el viernes pasado lo hizo en el pre-show de Los 40 Music Awards, durante la alfombra roja que se emite a través de YouTube desde las 18 horas.

El pasado concierto del WiZink dice mucho de la personalidad de Íñigo. Durante los primeros versos de Si no estás, el coruñés parecía refugiarse en la calidez de su piano, y no fue hasta unos segundos después, cuando todo el auditorio se vino abajo para corear las estrofas de la canción, cuando el joven pareció darse cuenta de que lo que estaba viviendo, a diferencia de lo que dice la canción, sí estaba siendo real.

Pasión por el Deportivo

Si hay algo que también define los gustos íntimos de íñigo Quintero, además de la música, es su pasión blanquiazul. No en vano, de las pocas publicaciones que ha tenido el cantautor coruñés desde el inicio de su fama mundial, una ha sido acerca del Deportivo. Tras su top 1 global, el club gallego felicitó al joven, desvelando, además, que es socio del equipo herculino. «Parabéns, Íñigo Quintero. Estamos moi orgullosos de que un coruñés e socio do Dépor sexa o primeiro español en alcanzar o top 1 mundial de Spotify en solitario», tuitearon en su cuenta oficial de X.

El joven Íñigo, en general reacio a reaccionar en redes sociales o a hacer publicaciones, contestó primero a través de sus Stories de Instagram, manifestando la ilusión que hacía especialmente que el club de sus amores lo felicitase. También en su cuenta oficial de X, en la que tiene menos de una decena de tuits, recompartió la publicación del Dépor junto con dos corazones, uno blanco y otro azul. 

El significado de la canción

Mucho se ha dicho sobre el sentido religioso de Si no estás, y muchas de las personas de su entorno sí dicen que se trata de una crisis de fe. Pero, a pesar de que los primeros pasos exitosos del tema parecieron llegar a través de público cristiano, ni el propio Íñigo ni su discográfica han confirmado jamás tal significado. Visto lo visto, y dada la ambigüedad de la letra de la canción, podría tener un motivo religioso, amoroso o, puestos a interpretar, incluso podría responder a la decepción por los fracasos recientes y constantes del Dépor.

Una reciente publicación de Spotify añade aún más dudas sobre esto. Se trata de un reciente post compartido por la cuenta española de la propia plataforma, en la que comenta el significado de tres canciones de moda: No estuviste en lo malo, de Morat, Beny Jr y Dellafuente; Madrid City, de Ana Mena, y el susodicho Si no estás, de Íñigo Quintero.

«Si no estás es una historia de amor, pero nadie dice que estas historias tengan que tener un final feliz», asegura la cuenta oficial de la plataforma de música, y añade: «En ella, nuestro protagonista sufre las consecuencias del desamor y el dolor del “ya nada es como antes”». Además de compartirlo en sus stories, junto al emoji de un corazón dolido, el propio Íñigo Quintero contestó a la publicación, agradeciéndoles haber compartido el significado —supuestamente real— de su tema.