Beatriz Lorenzo, de Real Impact Women en A Coruña: «La gestión de los roles la siguen sufriendo más las directivas»

M. M. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

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CESAR QUIAN

La ciudad acoge un programa pionero para fomentar el liderazgo femenino

03 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En esta formación las directivas no son las ponentes o las encargadas de ofrecer charlas inspiradoras. Ellas, profesionales al frente de grandes compañías o de equipos humanos en el sector público, son las alumnas. Desde Natalia Barreiro, la directora de la refinería de Repsol, a Irene Souto, jefa del departamento de Desarrollo Portuario de la Autoridad Portuaria, son dos de las egresadas del primer curso de la iniciativa Real Impact Women.

La directora xeral de Promoción da Igualdade, María Quintiana, se trasladó ayer hasta A Coruña para conocer esta iniciativa que clausuró la primera edición de su programa piloto y emprende su segundo curso con la meta de fomentar el liderazgo femenino. La profesora visitante de la London School of Economics Beatriz Lorenzo es la promotora de esta propuesta. «A mis 48 años me he vuelto emprendedora», desliza. Su proyecto también se desarrolla en México y, en A Coruña, cuentan con el apoyo de la Xunta de Galicia.

—¿Los jefes, en este caso, las jefas, también necesitan actualizar sus conocimientos? ¿En qué faceta centran su programa?

—Somos una generación puente de mujeres que tenemos unas oportunidades fantásticas profesionales, y que las aprovechamos, pero que a la vez tenemos que gestionar nuestros otros roles. Unas somos madres, otras, si no son madres, son hijas. Roles para los que tradicionalmente estábamos educadas en nuestra sociedad. Cuando hablo de una generación me refiero a un grupo amplio de profesionales, de entre 35 a 55 años.

—¿Esta gestión de las diferentes esferas, la familiar y la profesional, sigue siendo más compleja para las mujeres? ¿Hay más presión?

—Sí, esta gestión de los roles la siguen sufriendo más las mujeres. Al final, ese ideal de la mujer pluscuamperfecta nos hace sufrir en el camino. Frecuentemente, cuando nos presentan el caso de una directiva que triunfa, solo nos cuentan las cosas buenas. Parece que todo es maravillo y color de rosa. No es verdad.

—¿Cuál es la realidad?

—Esto va en nuestra educación. Depende de tu familia y entorno, pero había unos roles muy marcados. No se puede generalizar, es muy atrevido, pero prácticamente todas, en diferente medida, hemos sufrido el síndrome de la impostora y sentido culpa. Hay que normalizar que a todas nos pasa, compartir experiencias para evolucionar a la calma. Con el aprendizaje entre pares, uno de los ejes del programa, conseguimos que mujeres directivas, con la guía de una facilitadora y en un ambiente de privacidad para el se firma un acuerdo de confidencialidad, aborden como están en lo personal, familiar y profesional. Los dos primeros aspectos nos afectan en la gestión.

—¿En qué consiste la formación que proponen?

—Ofrecemos una formación para impulsar a mujeres directivas del sector público y privado. Entre las alumnas hay responsables de empresas como Inditex o Hifas da Terra, también de la banca y la Administración. Nos pareció oportuno combinar ambas esferas. Este es un programa que dura un año y va combinando cuatro ejes. Uno es el aprendizaje entre pares, con grupos de hasta diez mujeres; luego, contamos con ponencias de temáticas de interés; el tercero son las experiencias, siempre presenciales, y por último las Global Classrooom, que en este momento integran un programa de liderazgo organizacional de Harvard Business School.

«Prácticamente todas hemos sufrido el síndrome de la impostora y sentido culpa»