Así habló Son Goku

Emilio Sanmamed
Emilio Sanmamed LIJA Y TERCIOPELO

BARBANZA

Son Goku, protagonista de Dragon Ball.
Son Goku, protagonista de Dragon Ball. x

14 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Dragon Ball es la única serie de televisión imprescindible para educar a los niños. La reciente muerte de su creador, Toriyama, nos ha puesto a muchos como a Bulma en el cierre de la serie: mirando llover tras la ventana mientras una música que suena a abuelas y bocatas de Nocilla nos almidona las sábanas de la memoria. Goku fue el primero en decirnos la verdad y quizá también el primero en intentar engañarnos sobre la vida.

Podría decir muchas cosas ligadas al corazón, pero no quería que la emoción empañe el iris y nuble el lienzo filosófico que sobrevuela, cual Nube Kinton, la serie de nuestra infancia, donde intuimos leves huellas de filosofía clásica: la ética como resultado de la práctica de la virtud, Aristóteles; la enseñanza a través de las reflexiones difíciles, mayéutica de Sócrates; enfrentar lo funesto de nuestras decisiones, tragedias de Sófocles; estoicismo, Marco Aurelio.

Pero Dragon Ball es profundamente Nietzsche. Estética y disciplina. Goku es Así habló Zaratustra con esteroides. Los conceptos nietzschianos brillan: en Goku, el súper-hombre; la voluntad de poder, en vegeta y el eterno retorno, en las resurrecciones con las bolas de Dragón. Y, pese a las nociones puramente individualistas del alemán, hay en Goku una pulsión por el bien común. Goku derrota a sus mayores rivales con una bola Ghenki, pidiendo su fuerza a todos los seres vivos. Amor y furia, los ecos fundamentales de la humanidad son atemporales y universalmente significativos, cierra los ojos, escucha la susurrante noche: «Atravesei, unha nube brillante atravesei…».