Las decisiones arbitrales que más encresparon a Sar ante el Manresa

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

El Obradoiro pasa esa página con el envío de un informe a la ACB

16 abr 2024 . Actualizado a las 21:03 h.

Cada semana el departamento de Arbitraje de la ACB recibe informes de los clubes que no están conformes con las actuaciones que les ha tocado en suerte esa jornada. Detallan aquellas jugadas y acciones en las que consideran que hay errores. Y la ACB responde con otro dosier en el que expone sus argumentos, a veces coincidentes con las reclamaciones, en otras no.

El Monbus Obradoiro ha trasladado sus quejas sobre el partido ante el Manresa, en el que Sar se encrespó como pocas veces. Son reclamaciones que no trascienden, y tampoco las réplicas, pero no caen en saco roto.

Con ocasión de la disputa de la Supercopa en Santiago, cabe recordar una intervención del entonces director de Arbitraje de la ACB, Francisco Monjas, en una charla muy pedagógica sobre la aplicación de determinadas normas y la dificultad que entraña impartir justicia en una contienda. En el transcurso de su intervención mostró las imágenes de una acción de un partido disputado por el Obradoiro en Illunbe ante el Gipuzkoa Basket.

En aquella secuencia, un jugador local agarra literalmente a Pustovyi en la entrepierna. El pívot ucraniano bracea y se lleva la falta personal. Y de propina, una técnica por protestar. Le costó la descalificación, porque antes lo habían penalizado con una antideportivo. Era un ejemplo de lo que no debía ocurrir, y sin embargo sucedió.

Podría resultar también muy ilustrativo conocer el informe de la ACB sobre el arbitraje del sábado en Sar. Pero no va a ser el caso, y tiene lógica, porque de lo contrario la polémica estaría servida permanentemente y los debates serían infinitos.

Lo que es seguro es que una de las jugadas objeto de análisis será la personal que le pitan a Rigoberto Mendoza en la lucha por un rebote defensivo a falta de 1:46 para la conclusión, con el Obradoiro dos abajo en el marcador. Los árbitros tuvieron que recurrir al instant replay para saber quién tenía que lanzar los tiros libres. Y allí tuvieron que ver con nitidez que Travonte Williams está detrás del panameño, le pasa la mano por delante del pecho y lo tira. El reglamento no permite cambiar el sentido de la falta. En todo caso, no parece que ofrezca dudas.

En el primer cuarto hay un robo de balón de Dotson a Badio. Se le escapa porque el jugador visitante lo derriba al intentar recuperarlo echándose al suelo, y no cobran la falta.

Hacia el final del primer cuarto, delante del árbitro, Timma no puede controlar un balón junto a la banda porque recibe un manotazo de Vaulet en la cabeza. Fue banda para los visitantes.

Tampoco es fácil entender que Pustovyi y Blazevic fuesen eliminados por faltas personales y Geben acabase solo con tres. O que en los cuatro últimos minutos mientras el Obradoiro se fue dos veces a la línea de personal (en los tres últimos no le pitaron ninguna falta a favor), el Manresa dispuso de seis tiros libres más uno en canasta y adicional.

Y, una vez más, Howard volvió a ver cómo lo tratan de desequilibrar en el aire en una de sus acciones más típicas, en las entradas a canasta para dejar la bandeja o lanzar a dos tres metros del aro. Las pasan por alto.

Si el Manresa pone el foco en las acciones en las que se sintió perjudicado, seguro que también saca ejemplos.

Pero esta vez el enfado de Sar fue mayúsculo en una doble dirección: vio errores de apreciación en acciones que parecían claras y la afición acabó el partido con la sensación de que el criterio no había sido el mismo en los dos lados.